Zapatero ausente

El todavía inquilino de La Moncloa se halla ausente de la vida política, en el más amplio sentido de la palabra ausente. El miércoles pasado, en el Congreso, estaba de cuerpo presente, pero sus pensamientos volaban muy lejos. El domingo tampoco apareció en la visita que inopinadamente sí hizo el omnipresente y todopoderoso Rubalcaba a los soldados españoles destacados en Afganistán ¿En calidad de qué viajó el vicepresidente y en sustitución de quien? Pudo acudir en lugar de la ministra de Exteriores, de la de Defensa o del presidente Zapatero. O de los tres al mismo tiempo. ¡Qué afán por demostrar capacidad de trabajo, resistencia física y buena disposición! Retiro lo de buena y me quedo con disposición a reemplazar a Zapatero en el probable caso de que el «missing» titular del Ejecutivo decida no volver a presentarse. Hace unos días, Bono, que soterradamente también participa en esta carrera presidenciable decía medio en broma medio en serio que Rubalcaba era capaz de engañar a todo el mundo a la vez «porque de la "A"a la "X"era el político más listo». Precisamente por esa capacidad indiscutible resulta difícil saber si engañaba cuando recientemente aseguró que se estaba yendo de la política o lo hace ahora pisando fuerte. Pero lo que de verdad parece incomprensible es que él, tan preocupado por la austeridad y la crisis se pille un avión de la Fuerzas Aéreas españolas como si se tratara de un taxi y se plante en Afganistán. ¡Con lo carísimo que está el combustible!