Ministerio de Justicia
Dívar: «Alguien ha tenido que organizar todo esto y beneficiarse de ello»
«Al dimitir sentí una liberación, puesto que había una campaña cruel, con ensañamiento y totalmente desproporcionada»
Ayer se oficializó su renuncia como presidente del CGPJ y del Supremo. ¿Qué es lo primero que piensa de ello?
–Que ya lo estaba deseando. Es una cuestión que se ha alargado mucho, que ha dado ya todo de sí y que no ha servido más que para prolongar un trastorno y las dos grandes heridas que tengo en este caso: una herida sangrante por lo que ha sufrido mi familia y, en segundo lugar, por lo que ha podido afectar a los jueces sencillos esta campaña y a la merma de su prestigio. Son las dos grandes heridas que tengo y que sangran mucho.
–El día que anunció su renuncia, ¿fue el más triste de su carrera ?
– No. El día que lo anuncié sentí una liberación, puesto que había una campaña cruel, con ensañamiento y totalmente desproporcionada. Se había llegado a un momento en que dentro del Consejo podía ser una solución para la institución que me marchase, y no lo dudé.
–¿Se ha sentido defraudado o «traicionado» por un importante número de vocales?
–Traicionado, no. ¿Defraudado? Esperaba respecto a un número determinado de vocales una posición distinta y, por tanto, sentí una cierta frustración cuando vi que su posición no era la que esperaba. Pero respeto su decisión y nunca, nunca, nunca, he guardado ningún rencor o animadversión a ningún miembro del Consejo, sea el que sea.
–¿Piensa que detrás de todo lo que le ha sucedido ha habido intereses ocultos?
–Puede que los haya habido, puesto que la campaña ha sido de tal magnitud que creo que, aunque en su origen haya podido ser más singular, después alguien ha tenido que organizar y beneficiarse de todo esto; pero es una suposición de la que no tengo pruebas.
–Si el Supremo inadmitió la querella contra usted y la Fiscalía tampoco observó delito alguno, ¿por qué renunció si siempre ha sostenido que su conducta era irreprochable?
–Porque también es necesario tener dentro del Consejo unos apoyos para dirigir la institución, y si esos apoyos fallan, mantenerse contra viento y marea puede ser contraproducente y malo para el Consejo, y no quería que con mi continuación se pudiese impedir cualquier solución a la crisis que se había provocado.
–¿Quiere decir que ha sido un grupo de vocales el que le ha «obligado» a renunciar? Se habló de distintos consejeros que antes del Pleno del 16 de junio le conminaron a ello en su despacho.
–No necesariamente, puesto que la decisión es personal; pero evidentemente, si los vocales en un conjunto mayoritario no están conformes con el presidente por la crisis desatada, tenía que hacerles caso y ser consciente de que no debía permanecer. En cuanto a la segunda parte de la pregunta, es cierto que varios vocales tuvieron en mi despacho una reunión previa conmigo, pero no me conminaron a que dimitiese, sino que me preguntaron por cuál iba a ser mi postura para así tener un criterio respecto a la que sería la suya. Les indiqué que en aquel momento mi postura era la de no renunciar, pero que para la convocatoria del jueves, día 21, haría una declaración clara sobre todo este tema. Y eso fue lo que pasó y lo que hice.
–Entonces, ¿no le dijeron en ningún momento esos vocales que lo mejor para el Consejo pasaba por su renuncia al cargo?
–No me dijeron eso, pero, en cierto modo, al hacerme la citada pregunta, yo entendí que de alguna forma me la podían estar pidiendo –la renuncia–. No tengo certeza, pero así lo interpreté.
–¿Qué piensa ahora de la actuación del vocal Gómez Benítez al denunciar sus gastos de viajes directamente en la Fiscalía?
–Fue toda una sorpresa. No recuerdo nunca que un vocal haya denunciado penalmente ante la Fiscalía al presidente del CGPJ. Supongo que habrá actuado por algunas razones y no quiero considerar si fueron acertadas o equivocadas, pero el caso es que la crisis que se ha desatado después ha sido muy negativa para el presidente, la institución y los propios jueces.
–Usted habla de campaña injusta y cruel. ¿Considera que los gastos de sus viajes no han sido más que una excusa para, de alguna forma, utilizarlos para provocar su salida de la institución?
–No lo sé, pero creo que la cuestión se podría haber llevado de muy distinta manera, dentro del seno del propio Consejo: ver si había algún error y subsanarlo. Pero cuando se le ha querido dar esta publicidad y salida, debe ser con alguna finalidad. No creo que haya sido inconscientemente, puesto que una persona que denuncia ante el fiscal al presidente sabe que tendrá una dimensión de forma inmediata, y después a través de la campaña.
–Si eso es así, ¿por qué no hizo una defensa más contundente de su actuación al principio de todo?
–Es posible que no me haya defendido en el momento oportuno. He tenido siempre la condición de juez y la idea que tenía era que mientras que la Fiscalía no pronunciase su decreto no debía intervenir. Siempre he criticado las filtraciones, juicios paralelos, etc., y cuando me tocaba a mí, me parecía que debía guardar silencio. Lo que sucedió fue que otros no lo guardaron y toda la propaganda en mi contra aumentaba y la opinión publicada acabó igual. Es posible que tuviese que haber salido antes a explicarlo todo. Es un error que debo reconocer.
–Habla de juicios paralelos, ¿se considera víctima de uno de ellos?
–Evidentemente. La Constitución reconoce el derecho a la presunción de inocencia. Pero aquí, al margen de resoluciones judiciales (del Tribunal Supremo) o de decretos de la Fiscalía, ya se ha instruido un proceso paralelo, se ha condenado y se ha ejecutado.
–Un hombre con profundas convicciones morales como usted, ¿que sintió cuando desde algunos sectores judiciales se definió su comportamiento como «éticamente reprobable» horas antes del Pleno decisivo?
–Ética y moralmente no he sentido ninguna reprobación interna. Mi conciencia está tranquila de haber obrado correctamente; pero claro que me ha dolido el que de alguna forma se hayan metido con mi vida religiosa, porque soy una persona que cree en Dios y así estaré con su ayuda hasta el fin de mi vida.
–En relación con los viajes cuestionados, ¿usted sabía cómo se organizaban y había que justificar los gastos?
–Sabía que había una normativa que me la expuso varias veces el secretario general sobre que los altos cargos no tenían que especificar los motivos de sus viajes y que los gastos de protocolo pertenecían exclusivamente al presidente y al silencio que podía guardarse. Pero, además, ¿dónde está el escándalo de que muchos de estos gastos no se hagan públicos? ¿Ha visto que el presidente del Gobierno o del Congreso tengan que justificar con quién comen o los viajes que realizan en un determinado momento? Sin embargo, yo estaba dispuesto a justificarlo.
–¿Ha recibido el apoyo de magistrados del Tribunal Supremo y de otras instancias judiciales?
–Sí. Varios compañeros de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo me expresaron su apoyo y solidaridad en estos momentos. También he recibido muchas llamadas de otras instancias, especialmente de la Audiencia Nacional, en la misma línea que las anteriores.
–¿Habló durante esta crisis con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón?
– Sí, con los dos. Ambos me mostraron su apoyo y estuvieron en todo instante muy afectuosos conmigo, respetuosos con las decisiones que pudiera tomar, porque no se iban a involucrar, como poder del Estado, en decisiones que afectan a otro poder del Estado. Esas conversaciones fueron cuando estaba sufriendo esa campaña injusta.
–¿Y también con el ex presidente Zapatero, que fue quien le propuso para el cargo?
– No.
–¿No le ha llamado en ningún momento?
– No.
–Una vez ha dejado de ser presidente, ¿a qué se dedicará Carlos Dívar?
–A ayudar a los demás, a los más necesitadas, dentro de asociaciones religiosas u otras que se dediquen a ello.
–Tras su experiencia de casi cuatro años en el Consejo, ¿piensa que la política domina gran parte de sus actividades?
–La política es el Consejo, porque éste no es Poder Judicial, aunque así se llame. Poder Judicial es el Tribunal Supremo y un juez de paz. El Consejo es el órgano de gobierno del Poder Judicial. Ahora bien, que este órgano está mediatizado en parte por las asociaciones judiciales, medios de comunicación y tal vez por los partidos políticos es evidente. No es que esas entidades tomen decisiones, pero sí influyen en el ánimo de quienes deben tomarlas.
–Después de todo lo sucedido, en especial en los últimos meses, ¿cuántas veces se ha arrepentido de haber aceptado la presidencia del Consejo?
–No sabría decirlo. En un primer momento, no quería aceptarlo y lo hice porque pensaba que era un servicio a la sociedad. Después, he tenido momentos muy difíciles desde el principio hasta nuestros días; pero tampoco estoy arrepentido de haberlo aceptado. Las cosas se producen según quiere la Providencia, y acepto esta realidad tal como ha venido.
–¿Se sintió solo el día del bicentenario del Supremo?
–No. No estuve solo. Estaba Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, la presidenta en funciones del Gobierno, el ministro de Justicia, el presidente del Tribunal Constitucional, magistrados, fiscales, etc. No me sentí solo y creo que cumplí con mi obligación, que era la de estar, ya que si venía el Príncipe o el Rey, como estaba previsto inicialmente, tenía que estar para recibirles. Y eso fue lo que hice.
–¿Qué consejo le daría a su sustituto?
–Primero, que tenga mucha paciencia; que busque el bien de la institución antes de que el personal y que crea en el ideal de la Justicia por encima de todo, aunque haya muchas personas que no crean en la Justicia. Lo que se nos demanda son los esfuerzos, no los éxitos, y los esfuerzos los tenemos que hacer por el bien de esta casa y de la institución.
–¿Con qué imagen de usted le gustaría que se quedase la sociedad?
–Con la de una persona sencilla, con posibilidades de haber errado como todos los hombres, pero con la buena voluntad que ha presidido todos los actos de mi vida. Una persona que ama de verdad la carrera judicial y la Justicia superior.
«Se confunde respeto con autoridad»
–Muchos vocales le critican el no haber tenido una mayor cercanía con ellos durante su mandato.
–Todo vocal que ha pedido verme ha venido en el acto. Con todo aquél que me ha presentado un problema, he tratado de solucionarlo. Toda gestión, incluso particular, la he hecho si estaba dentro de mis posibilidades. Yo, desde luego, no he tenido esa sensación de lejanía que tal vez puedan haber sentido algunos vocales. Pero hay veces en que se confunde el respeto que debo tener a las decisiones de las comisiones con la autoridad que debo mantener; al igual que se confunde la debilidad con la prudencia que uno debe tener si es juez.
–Entonces, ¿cómo se puedecalificar su relación con los vocales?
–Personalmente, las relaciones han sido muy afectuosas con todos ellos.
–¿Incluido Gómez Benítez, el vocal que ha forzado finalmente su dimisión?
–Incluido.
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