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La Justicia egipcia prohíbe practicar pruebas de virginidad a las mujeres detenidas

Un tribunal administrativo de El Cairo prohibió hoy a la Junta Militar de Egipto que se practiquen pruebas de virginidad a las mujeres arrestadas en centros de detención castrenses, informaron fuentes de los servicios de seguridad.

Las fuentes explicaron que el magistrado Abdel Maguid al Moqanin dispuso este fallo tras la denuncia presentada contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas por Samira Ibrahim y Maha Mohamed Maamoun. Esas dos jóvenes fueron detenidas en marzo pasado por participar en manifestaciones y, durante su arresto, su virginidad fue examinada por médicos militares.

En el exterior del juzgado, situado en Giza, decenas de personas se congregaron para apoyar a las denunciantes y corearon lemas como "Que caiga el Gobierno militar"y "Las jóvenes de Egipto son una línea roja". Después de la emisión de la sentencia, algunos de los presentes en la sesión en el interior del juzgado, situado en la sede del Consejo de Estado, gritaron "Viva la Justicia"y "El pueblo quiso y triunfó".

El caso de las pruebas de virginidad a manifestantes detenidas hace nueve meses en la plaza Tahrir de la capital egipcia adquirió una gran repercusión mediática e internacional. La organización Amnistía Internacional se hizo eco de los testimonios de algunas detenidas que explicaron lo ocurrido tras el desalojo por parte de los soldados de la plaza Tahrir el 9 de marzo, un día después de la Jornada Mundial de la Mujer.

Según AI, 18 mujeres fueron detenidas, golpeadas y sometidas a descargas eléctricas, y 17 fueron obligadas a someterse a pruebas de virginidad y amenazadas con cargos de prostitución.

Varias mujeres fueron condenadas a sentencias suspendidas de un año de cárcel por supuestos delitos como destrucción de la propiedad, obstrucción del tráfico, posesión de armas o alteración del orden público, denunció AI.

En declaraciones a la televisión estadounidense CNN, un general egipcio, que se amparó en el anonimato, reconoció esas prácticas, que consideró justificadas. Esas mujeres "no son como su hija o la mía, sino muchachas que han compartido tiendas de campaña con manifestantes varones", señaló el general, que agregó que les hicieron las pruebas para que más tarde no pudieran acusar a los militares de haberlas violado.