Londres
Barroso añade más caos con su apoyo a los eurobonos
Europa parece empeñada en hacer más sinuoso e indescifrable el laberinto por el que transita. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy parecían haber cerrado la puerta a los eurobonos en su última cumbre. A decir del eje franco-alemán, esta herramienta debe ser la culminación del proceso de integración fiscal de la eurozona y no su punto de partida.
Pero ayer, tal vez acuciado por la situación de acoso a países como España e Italia, José Manuel Durao Barroso volvió a poner por sorpresa sobre la mesa la propuesta. El presidente de la Comisión Europa (CE) anunció en un discurso en la Eurocámara que presentará «pronto» opciones para introducir la deuda común europea, una herramienta que, matizó, no será la panacea para los problemas de deuda europea.
El de Barroso es el primer paso de un camino que se antoja tortuoso y lleno de dificultades, algo de lo que Europa no anda ahora precisamente necesitada. Para muestra, la reacción de Alemania. Como en ocasiones precedentes, su ministro de Economía, Philipp Rösler, expresó de forma contundente y fulminante su rechazo a un recurso que, si bien permitiría a países como España o Italia financiarse de forma más barata, tendría un efecto diametralmente opuesto en el caso de Alemania.
Retraso de Austria
Barroso no fue el único en añadir un punto más de incertidumbre y confusión al ya complicado panorama europeo. Austria anunció que no votará hasta octubre la ampliación del fondo de rescate hasta los 440.000 millones de euros, a pesar de que el propio presidente de la Comisión Europea hiciese hincapié en que lo fundamental ahora es dar luz verde a este paquete. El Gobierno austriaco pretendía aprobarlo por la vía de urgencia, pero no logró apoyos suficientes para hacerlo por el rechazo de Los Verdes.
Visto el caos reinante en Europa, no es extraño que Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial, acusase a la eurozona de no ser un actor responsable de la economía mundial «al jurar lealtad a una unión monetaria sin afrontar una unión fiscal que haría practicable dicha unión».
Rebote de las bolsas
Lo paradójico de lo acontecido ayer es que, pese a que Barroso advirtió de que su propuesta está enfocada al largo plazo y del rechazo alemán, su efecto en bolsa fue balsámico. El Ibex 35 subió el 2,7% y recuperó el nivel de los 8.000 puntos. El resto de parqués europeos también rebotaron con fuerza. París subió un 1,87%; Milán, un 2,69%; Fráncfort, un 3,36%; y Londres, un 1,02%. Hasta la prima de riesgo española se dio una alegría y bajó once puntos, hasta los 346 puntos básicos.
Ni siquiera el hecho de que Moody's rebajase la nota de la deuda de los bancos franceses Société Générale y Crédit Agricole hizo mella en el ánimo de los inversores.
LA AYUDA DE LOS BRICS
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, destacó en una entrevista concedida al diario «La Stampa» que la iniciativa de los países emergentes como Brasil o China, los llamados «BRICS», de comprar títulos europeos es «una iniciativa interesante», aunque precisó que espera que «no se limiten a títulos seguros de unos pocos estados». Según explicó, si los países emergentes «se limitan a comprar títulos considerados por todos como seguros, como los alemanes o los británicos, no asumirán grandes riesgos. Mi esperanza es que si se realizan este tipo de intervenciones, se realicen con un objetivo amplio», preció. Además, la presidenta del FMI destacó que este «interés» por parte de los países emergentes de invertir en Europa «no entra en conflicto con el FMI» e incluso «es aceptable» para el organismo.
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