Actualidad
Israel llora por las víctimas
Una multitud arropa a los familiares de los cuatro fallecidos en Toulouse, en un funeral solemne
JERUSALÉN- En un ambiente solemne, pleno de congoja y cargado de dolor, miles de personas acompañaron ayer en Jerusalén a las cuatro víctimas del atentado terrorista perpetrado el lunes en Toulouse al dárseles sepultura en el cementerio de Givat Shaul. En presencia del ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé, y varios miembros del Gobierno de Israel, así como del presidente de la Kneset (Parlamento), se dio el último adiós a Yonatan Sandler (30), el rabino asesinado a balazos junto a sus dos pequeños hijos Arieh y Gabriel, de 6 y 3 años, y a Miriam Montenego, que dentro de un mes habría cumplido 8.
Juppé aseguró que los ataques contra judíos en Francia equivalen a ataques «contra todos los 65 millones de ciudadanos». «Francia hará todo lo necesario para garantizar que nada como esta increíble tragedia pueda volver a repetirse», aseguró, agregando que «Francia no tolerará el terrorismo». Antes de las exequias, Juppé se reunió con el presidente de Israel, Simon Peres. Ambos intercambiaron condolencias y palabras de aliento. Es que la sensación en Israel, pese a que las víctimas eran franceses, era que también su propia gente había sido el blanco del atentado. «Miriam, desde el sitio en el que te encuentras ahora, te pido un último favor», dijo con la voz entrecortada Avishai, hermano de la niña, otro de los hijos del director de la escuela atacada. «Reza para que Dios dé fuerzas a papá y mamá y para que puedan superar la prueba más difícil que pueda existir». Testigos presenciales de la tragedia en Toulouse habían contado el lunes que el padre de la pequeña la vio en un charco de sangre, sin vida, y se despidió de ella con un beso, entre lágrimas.
«Reza para tener fuerzas»
Otra terrible despedida fue la de Eva Sandler, que en un abrir y cerrar de ojos quedó viuda y perdió a dos de sus tres hijos. Ayer sostenía a la pequeña Liora, de 2 años, sabiendo que el bebé que lleva en su vientre no conocerá jamás a su padre y a los otros dos hermanos que iba a tener.
Es que en Israel no hubo dudas en ningún momento acerca del hecho de que la identidad judía de las víctimas fue lo que selló su destino. Y, precisamente por ello, nadie se sorprendió al oír ayer que estaba descartada la opción de que el asesino fuera un neonazi, sino un islamista.
En Jerusalén resultó insoportable escuchar las informaciones desde Francia, que indicaban que el terrorista había dicho que habría matado a sus víctimas «como venganza por la muerte de niños en Gaza y por la presencia de tropas francesas en Afganistán».
Mientras, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, condenó ayer el argumento del sospechoso. «El terrorismo es un ataque deliberado contra civiles, contra niños. Hay una diferencia esencial entre el ataque deliberado del terrorismo contra civiles, niños entre ellos, y el daño no intencional provocado a veces a civiles en el curso de acciones legítimas contra el terrorismo», recalcó.
En opinión del jefe de Gobierno hebreo, «la propaganda contra Israel y los judíos» está detrás del atentado de Toulouse. «Debemos luchar contra esa extraordinaria propaganda contra Israel y los judíos en cualquier lugar, contra inocentes, que lleva a esa gente a perpetrar tales actos bárbaros», aseguró Netanyahu.
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