Poner distancia por Carmen Enríquez

Iñaki Urdangarín no ha querido dejar pasar más tiempo ante el cúmulo de informaciones, comentarios y filtraciones sobre sus dudosos negocios empresariales aparecidos en los distintos medios de comunicación: periódicos, emisoras de radio, programas de televisión y diarios digitales. El marido de la Infanta Cristina emitió anoche un comunicado desde Washington en el que textualmente dice: «Lamento profundamente el grave perjuicio a la imagen de mi familia y de la Casa de Su Majestad el Rey, que nada tiene que ver con mis actividades privadas». Una frase que es un intento claro de poner distancia entre los errores que haya podido cometer al frente del Instituto Noos y otras empresas y su pertenencia a la Familia Real y a la institución de la Corona.

Es la segunda vez, en el curso de un mes, que el duque consorte de Palma sale al paso de las noticias publicadas que, preciso es decirlo, amenazan con deteriorar gravemente la imagen de la Familia Real, de la que él forma parte desde su matrimonio con la segunda hija de los Reyes. Pero un dato realmente importante de este segundo comunicado es la designación por parte del marido de la Infanta del abogado barcelonés Mario Pascual Vives como asesor jurídico y único portavoz autorizado para hablar en su nombre. El nombramiento del letrado Pascual Vives es un gesto que intenta hacer frente de forma legal al diluvio de informaciones con el que los ciudadanos se desayunan cada día sobre las actividades desarrolladas por Urdangarín como presidente de sus empresas.

Hasta ahora, nadie respondía ni decía nada ante cada noticia que le involucraba en negocios lucrativos de un ente que se declaraba «sin ánimo de lucro». Es de suponer que, a partir de ahora, el duque de Palma puntualizará lo que crea conveniente de lo que se publique por medio de su portavoz autorizado. Una medida que paliará, en parte, su situación de indefensión ante un torrente de noticias de las que todo el mundo se entera y de las que él no tiene, oficialmente, información alguna.