Salud
Los españoles suspenden en la higiene del oído
Hasta un cuarta parte de la población sufre problemas en este órgano, debido, en la mayoría de los casos, a una falta de cuidados, según un estudio
Más de la mitad de la población desconoce cómo llevar a cabo una correcta higiene y limpieza de los oídos que ayuden a prevenir los problemas en este órgano. En este sentido, Miguel Caballero, otorrinolaringólogo del Hospital Clínic de Barcelona, asegura que «además de los factores medioambientales y de la exposición a fuertes ruidos, la gran mayoría de los problemas tiene su origen, directa o indirectamente, en la falta de higiene, a una acumulación excesiva de cerumen en el pabellón auditivo».
Según el III Estudio Audimer en 2010, las cinco dolencias más comunes entre los españoles son la pérdida de audición (35 por ciento de la población), la otitis (23), los tapones de cerumen (15), la tinnitus (15) y los vértigos (9). Asímismo, tres de cada diez personas no hace nada para prevenirlos a través de una correcta higiene, sino que deja que se vaya sola la suciedad o aguante hasta que el tapón se acreciente y no le quede más remedio que acudir a la consulta del otorrino para que se lo extraiga (hasta un ocho por ciento según la encuesta). En este punto, los profesionales de farmacia aseguran que el uso de los bastoncillos no es una acción muy recomendable, ya que conduce a la formación de los temidos y molestos tapones.
Aunque sea la vía escogida por un 36 por ciento de los encuestados en el estudio. Los bastoncillos sólo deben ser empleados para secar el oído externo, formado por el pabellón auditivo, más conocido como oreja, y el conducto auditivo externo, pero nunca para la limpieza interior. De este modo, se empuja la cera hacia el interior y en vez de eliminarla se contribuye a la acumulación indeseada.
La mejor forma de mantener este área limpia, como recomiendan desde la botica, es la utilización de sprays de suero fisiológicos. Sobre todo aquéllos elaborados a partir de suero marino isotónico, que son suaves y seguros, aunque se precise siempre la recomendación de un médico para evitar agravar patologías existentes que deben atenderse de otra forma. Este tipo de higiene es escogido por un 18 por ciento de los españoles. Mediante estos productos se puede lavar el oído apto para todo el mundo que retira periódicamente el exceso de cerumen, el polvo del exterior y los restos de piel del conducto auditivo externo.
«Mediante el uso de bastoncillos se erosionan las capas superficiales de la piel, permitiendo que la flora bacteriana o fúngica saprófita del oído pueda entrar y provocar la infección», apunta Caballero. Usar otros métodos que no sean los sueros puede elevar el riesgo de lesiones en el conducto auditivo externo y de perforaciones en el tímpano, como consecuencia de los malos hábitos y métodos rudimentarios, que realizan un seis por ciento de las personas incluidas en el estudio, como introducir el dedo u otros objetos punzantes como horquillas o velas.
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