Desahucio
OPINIÓN: Hay pisos pero no dinero
Un paseo por cualquiera de los barrios jóvenes de la ciudad nos ilustra sobre la artificialidad del denominado «problema de la vivienda», argumento demagógico elevado a verdad incontrovertible que condujo al disparate de la creación de un ministerio del ramo en 2004. Y por simpatía o mimetismo, de unas cuantas consejerías en comunidades preferentemente pobres (Andalucía entre ellas, por supuesto). Durante el boom inmobiliario, y también ahora, salían al mercado más viviendas que potenciales adquirientes había/hay. Sucedió entonces, como pasa hoy, que el problema no era la escasez del bien sino su precio. El capitalismo, incluso en sus más despiadadas versiones, se caracteriza porque siempre se puede comprar si se dispone de la suficiente liquidez. Mucha gente carecía, pese a unos bancos rumbosos e ignorantes del riesgo, del dineral que costaban antes los pisos por la indecente inflación del suelo; y muchos pisos están vacíos ahora porque esos mismos bancos no prestan el poco dinero que cuestan. Da grima ver las promociones semivacías de VPO de, pongamos por caso, Sevilla Este. No cambian los papeles, sólo algunos matices del guión: los partidos se beneficiaron de la ola de recalificaciones y se beneficiarán de un sistema financiero cautivo de las ayudas públicas. Los ciudadanos apechugaron con unas hipotecas prohibitivas y apechugan con un dinero inaccesible.
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