Museo del Prado
Más vida para el museo de la Academia de Historia
Fernando Marías leyó ayer el discurso de ingreso a la casa
MADRID- Las pinturas de historia poseen una función de conmemoración y preservación de la memoria gráfica de los hechos de un pasado más o menos reciente o remoto; y de su relativa actualidad dependerá su sentido político y no solo su función autocelebrativa. Esta es uno de los principios que defendió ayer Fernando Marías en su ingreso en la Real Academia de la Historia (RAH) para cubrir la vacante de José María López Piñero. En su discurso, «Pinturas de Historia, imágenes políticas», defendió que el proceso de creación de estas obras requiere «la participación activa tanto de los políticos como de los gestores de la historia, los cronistas o historiadores, al lado de los artistas, como productos de grupo más que estrictamente invenciones individuales». La entrada de un historiador del arte de su altura a la academia abre nuevas perspectivas para la casa; según declara, sus principales objetivos son crear más vínculos con el mundo exterior y dar mayor visibilidad a las colecciones y al museo de la Real Academia de la Historia. En este sentido, explica que los cuadros del Salón de Reinos del antiguo palacio madrileño del Buen Retiro, y en particular su lienzo estrella, «La recuperación de Bahía de Todos los Santos» de Fray Juan Bautista Maíno (1634-1635), por encima de «La rendición de Breda» de Velázquez, son ejemplos de este proceder.
Acción política
El valido de Felipe IV, el Conde-duque de Olivares Gaspar de Guzmán, concibió este conjunto de cuadros de batallas victoriosas de la década anterior y de los años inmediatos como una imagen celebrativa del poder del reino y de su acción política como primer ministro, pero también de su propia estrategia de la Unión de Armas y de la corresponsabilidad militar y financiera de los diferentes reinos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar