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Guerra telefónica por el 5% de indecisos indecisos
Los candidatos del PSM buscan uno a uno los apoyos para el congreso. Apenas 100 delegados indecisos tienen la llave. A tres días de la elección, los bandos ya han pasado a las llamadas de presión para cerrar los votos antes del cónclave
MADRID- Los teléfonos de los delegados del congreso que este fin de semana celebrarán los socialistas madrileños están que arden. A tres días del cónclave que decidirá la continuidad de Tomás Gómez o un cambio de rumbo en la secretaría general del PSM, la suma de apoyos se ha convertido en una verdadera obsesión tanto para los partidarios de la actual dirección regional como de los simpatizantes de la candidata alternativa, Pilar Sánchez Acera.
«Es normal que se produzcan llamadas; cada voto cuenta y hoy por hoy la distancia entre los candidatos es mínima», explicaba ayer un miembro del equipo que apoya a Acera preguntado por los insistentes rumores de que desde el entorno de la ex diputada se están produciendo presiones de cara al congreso regional.Tampoco los seguidores de Gómez se libran de la acusación de tratar de llevar a su terreno a delegados con argumentos que vuelven a presentar al actual líder como el principal azote de un todopoderoso Ferraz. A pesar de que en ambos bandos se resta importancia a estas llamadas recabando votos, lo cierto es que la división que reina en la federación madrileña en los últimos meses no ha hecho más que favorecer esta batalla telefónica que no se cerrará hasta que concluyan las votaciones en el hotel Auditorium.
Los votos decisivos
Fuentes del partido consultadas por LA RAZÓN aseguraron que entre un 5 y un 10 por ciento los delegados no tendrán su voto decidido hasta última hora y serán precisamente ellos, los indecisos, los que tengan en su mano el nombre del futuro secretario general del PSM. «La cifra no es baladí, trabajamos con un margen de victoria muy estrecho y es más que probable que el partido esté en los votos de alrededor de 100 delegados», confirmaban fuentes de Callao.
A pesar de que la última semana ha sido un auténtico maratón para los candidatos –que en ocasiones les ha llevado hasta a concatenar un acto con otro en la misma tarde–, parece que sus presencias en las agrupaciones no está más que afianzando el voto de los que ya estaban convencidos. «A los actos sólo acuden los convencidos o los que pretenden tener algo de protagonismo en la futura Ejecutiva del PSM», reconocía este fin de semana un militante que hasta la fecha no se ha perdido un acto de Sánchez Acera. Y es que, a pesar de los esfuerzos, el mensaje o proyecto que ambos candidatos se empeñan en vocear de uno a otro rincón de la región no parece que esté calando en la militancia socialista.
Pesos pesados
Desde el PSM repitieron ayer, de nuevo, que el equipo de Gómez trabaja con el mismo porcentaje que logró su lista al congreso federal que se celebró en Sevilla en el primer fin de semana de febrero (algo más del 55 por ciento de los delegados), aunque reconocen que la victoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato al que sí apoyó su ahora rival, podría haberle robado adeptos. Los de Sánchez Acera, por su parte, continuaban ayer anclados en un optimista 51 por ciento de apoyos, una cantidad de votos que, según los afines a Gómez, debe al respaldo del líder nacional y a la presencia de algunos pesos pesados que han cambiado de bando en las últimas semanas. Desde el entorno de la dirección regional ponen como ejemplo a Manuel Robles, único barón que le queda al PSOE en la Comunidad de Madrid y que, desde la alcaldía de Fuenlabrada, podría lograr un importante tirón de votos para Sánchez Acera por parte de los militantes de los municipios del sur que hasta ahora habían sido mayoritariamente (excepto Pedro Castro) de la cuerda del actual secretario general.
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