Crisis económica
Aquino III pone la corrupción en el punto de mira
Pekín- «No sólo no voy a robar, sino que voy a encarcelar a los corruptos». Ésta es la primera declaración de intenciones del nuevo presidente de Filipinas, Benigno «Noynoy» Aquino, cuya victoria era ya semioficial ayer al cierre de esta edición, con casi todas las papeletas revisadas y después de que uno de sus principales rivales, el magnate Manny Villar, reconociese la derrota. Los últimos recuentos de las elecciones presidenciales celebradas el lunes dejaban poco margen de incertidumbre: en torno al 40% de los votos habían ido a parar a «Noynoy», único hijo varón del histórico matrimonio Aquino. Entretanto, el otro candidato con opciones, el ex presidente Joseph Estrada, no alcanzaba el 25% de los consensos. Combatir la corrupción y la pobreza son las prioridades que Aquino estableció durante su campaña y los resultados del lunes le dejan un cierto margen de maniobra. Pero si quiere mantener su promesa el nuevo presidente tendrá que desafiar el propio sistema social y económico imperante en un país que se encuentra entre los 50 más corruptos del mundo. También para atajar la pobreza extrema (que afecta a uno de cada dos ciudadanos), Filipinas necesita un cambio radical. Y es que, pese al notable crecimiento macroeconómico registrado en la última década, la concentración de la riqueza y las altas tasas de natalidad hacen tortuoso el desarrollo. Muchos sociólogos creen que la miseria está asociada al hecho de que la población filipina es una de las que más rápido crece del planeta. Si hace dos siglos la colonia española tenían la misma población que Escocia (1,5 millones), hoy viven en las islas más de 92 millones de filipinos. Los escoceses, mientras tanto, no han pasado de los 5 millones. Aunque aún está por oficializar el recuento (que se retrasó por el caos de un nuevo sistema de votación electrónico ) los candidatos más mediáticos también parecen haber ganado el sillón en el Congreso al que aspiraban. Lo habría hecho, por ejemplo, la ex primera dama Imelda Marcos, así como el campeón internacional de boxeo Manny Pacquiao, una gloria nacional. Se dice que el Congreso podría concentrar este año más caras famosas que cualquier plató televisivo. Y sí, podría hacerlo si no fuese porque el hemiciclo ostenta la tasa de absentismo más alta de Asia, algo que los diputados y senadores suelen achacar a los terribles atascos de la capital administrativa.
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