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El Ayuntamiento de Barcelona avala Eurovegas
BARCELONA– La ráfaga de disparos fotográficos que inmortalizó el apretón de manos entre el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y el nuevo presidente del grupo municipal del PSC, Jordi Martí, abrió ayer el pleno del Ayuntamiento de Barcelona en el que por primera vez se debatía sobre el estado de la ciudad y los socialistas catalanes estrenaban cambios. Cambios de liderazgo –Jordi Martí por Jordi Hereu– y de actitud. El PSC ensayó la resolución que aprobó en el Congreso de la Federación de Barcelona que defiende «la plena disponibilidad para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas, y en particular con el partido de gobierno».
Después de que Trias reiterara que «la situación dramática nos obliga a remar a todos en la misma dirección» y que «hemos de asumir consensos amplios», en su estreno como líder municipal del PSC, Martí tendió la mano al alcalde. «Hemos de ser capaces de salir de nuestras trincheras y llegar al máximo de acuerdos posibles», dijo en el discurso con el que pretendía rebatir el modelo de ciudad que expuso CiU para Barcelona. «No soy de cerrar puertas», añadió, para luego poner a Trias entre la espada y la pared y obligarle a elegir entre «dos modelos», el del PSC o el del PP. Y aunque el PP se mostró muy crítico con el informe para reactivar la ciudad que presentó el alcalde, y todo apuntaba que CiU podría cambiar de pareja de baile, nacionalistas y populares revalidaron la alianza con la que tiraron adelante los presupuestos de 2012 en defensa del macrocasino Eurovegas.
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona avaló el proyecto que el magnate del juego Sheldon Adelson estudia levantar en el área metropolitana con los votos de CiU y el PP. Aunque el Eurovegas no contempla construirse en Barcelona, el PSC llevó una moción contra la construcción del macrocasino en el área metropolitana porque «no casa con el modelo de crecimiento económico de la capital catalana».
El alcalde de Cornellà, Antoni Balmón, y otros líderes socialistas del área metropolitana de Barcelona defendieron esta semana que «cualquier proyecto que estimule la economía debe ser considerado», pero Martí hizo una cerrada defensa en contra del macrocasino. Bajo la premisa de que «no hay dinero fácil», expuso que el macrocomplejo no tiene nada que ver con la economía y cultura de Barcelona y además alertó de que «el juego atrae actividad delictiva».
Modelo de ciudad
Martí no se cree ni las promesas de miles de puestos de trabajo que traerá el proyecto de Adelson ni el discurso del conseller de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, que asegura que el complejo destinará únicamente entre un 2 y un 4 por ciento de sus instalaciones al juego. «El elemento central del negocio es la ruleta y todos sabemos que en unas dimensiones tan grandes lo que atrae es la actividad delictiva», alertó.
El PSC sólo convenció a su ex socio de gobierno, ICV, quien adviritió que Las Vegas son el marco de referencia de este proyecto, «un modelo que nada tiene que ver con Barcelona».
CiU y PP se mostraron más abiertos. Con 110.000 parados en Barcelona y 700.000 en Cataluña, ambos apostaron por ver de qué va un proyecto que promete una inversión de 17.000 millones de euros y 200.000 puestos de trabajo. El presidente del grupo del PP, Alberto Fernández, reprochó al PSC que con su actitud pone en peligro que el proyecto pueda venir a Barcelona. «Nuestro peor enemigo no es Madrid, somos nosotros mismos», lamentó. «Que rechacemos la moción, no quiere decir que aceptemos el macrocasino», aseguraron CiU y PP. «Primero hay que escuchar y luego negociar las condiciones», defendieron. Sobre todo, para evitar un proyecto desbocado, aunque Artur Mas dijo ayer que Eurovegas atraerá un «turismo de calidad» y no de «borrachera».
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