Kabul

Obama se enfrenta a una larga crisis con el mundo islámico

Washington retira personal diplomático de Túnez y cerrará la legación de Sudán. El Gobierno libio detiene a 50 personas vinculadas con el asalto del consulado

Un grupo de afganos quema una bandera de Estados Unidos en Kabul
Un grupo de afganos quema una bandera de Estados Unidos en Kabullarazon

A pesar de que la violencia haya remitido en la mayor parte de las capitales árabes y musulmanas, EE UU se prepara para un periodo de inestabilidad y hostilidad, sobre todo en aquellos países donde los islamistas radicales se están haciendo fuertes.

Washington mantiene la alerta en sus legaciones más «calientes» y ha ordenado al personal diplomático no esencial y a sus familias que abandonen Túnez y Sudán, donde se produjeron violentos enfrentamientos el pasado viernes. Ayer, abandonaban Túnez más de 100 estadounidenses entre diplomáticos, empleados de la embajada y familiares, y EE UU ha pedido a sus ciudadanos que salgan de la capital, después de que los edificios de la embajada y una escuela americana fueran asaltados el viernes pasado.

Las autoridades tunecinas están respondiendo de forma rápida y contundente, y el Ministerio del Interior anunció 24 horas después de los incidentes de que ya habían arrestado a 75 personas. El Gobierno ha asegurado que perseguirá a todo tipo de extremistas y ya está siguiendo la pista de varios líderes salafistas (islamistas radicales) que habrían instigado las manifestaciones y ataques.

Los estadounidenses se marcharán también de Sudán, después de que el Gobierno de Omar al Bashir, hostil hacia Washington, haya denegado el permiso para entrar al país a un equipo de marines destinado a reforzar la seguridad de la Embajada de Jartum, en la que los manifestantes intentaron penetrar el viernes. Alemania también ha retirado parte de su personal diplomático no esencial de la capital sudanesa, después de que su embajada fuera la que sufrió más daños.

Los gobiernos europeos están también en alerta, ya que la rabia por la película en la que se parodia al profeta Mahoma se ha dirigido y podría dirigirse contra intereses occidentales y no sólo estadounidenses, a pesar de haber sido producida en EE UU, con la presunta implicación de egipcios cristianos residentes en ese país. Canadá mantuvo ayer sus embajadas cerradas en Egipto, Libia y Sudán, como medida de precaución, y Francia ha ordenado reforzar la seguridad en sus legaciones diplomáticas, aunque no ha planteado medidas excepcionales por el momento.

Ayer sólo se dio una reducida manifestación de unas 50 personas frente a la embajada de EE UU en la capital turca, Ankara, en la que fueron quemadas banderas americanas, pero no se produjeron incidentes.

El Secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, admitía en declaraciones a la prensa que «las protestas continuarán probablemente en los próximos días, o incluso más», pero aseguró que EE UU no se plantea desplegar más tropas en los países más afectados, lo cual podría ser contraproducente porque la presencia de militares americanos suele ser interpretada por la población local como una injerencia o, incluso, invasión extranjera. Eso sí, Panetta dijo que unidades antiterroristas están preparadas para actuar rápidamente si es necesario.

El Pentágono ya ha enviado a Libia a fuerzas especiales para proteger a su personal diplomático, que no ha sido evacuado, y sobre todo para ayudar en la investigación de la muerte de su embajador Chris Stevens, fallecido en el ataque contra el consulado de Bengasi la semana pasada. Marines y un equipo del FBI se encuentran sobre el terreno, y aviones no tripulados (los denominados «drones») patrullan los cielos de la Cirenaica en busca de posibles bases yihadistas. Muchos dedos apuntan a Ansar al Sharia –una milicia extremista creada en el este de Libia con supuestos vínculos con Al Qaeda– como autores de asesinato del embajador Stevens.

La guerra afgana se recrudece por la furia del vídeo de Mahoma
La misión de la OTAN en Afganistán ha vivido un fin de semana trágico con la muerte de seis soldados de la OTAN a manos de policías afganos infiltrados entre las tropas internacionales. En lo que va de año, han muerto 51 soldados de la coalición extranjera en operaciones de este tipo. La respuesta ayer no se hizo esperar. Aviones de la OTAN mataron a ocho civiles, todas mujeres, desde el aire. El viernes los talibanes protagonizaron la operación más espectacular llevada a cabo en los últimos tiempos al conseguir destruir seis aviones de la OTAN en la que es una de las bases más seguras del país. En su interior se encontraba el príncipe Enrique de Inglaterra. Una fuente occidental dijo a la agencia Afp que en 10 años de conflicto en Afganistán, las fuerzas de la coalición jamás habían sufrido semejantes pérdidas materiales.