Castilla y León
La vanguardia en el campo por Pedro Damián DE DIEGO
Da gusto ver como, a pesar de la crisis, hay compañías y emprendedores particulares que, hoy en día, son capaces de poner en marcha proyectos capaces de crear riqueza y bienestar en estos momentos tan duros y complicados. Y la satisfacción es aun mayor cuando esas iniciativas tienen como centro de operaciones el medio rural. El mundo del vino y de todo aquello que se mueve a su alrededor es el protagonista de dos ejemplos, conocidos la semana pasada, que van en esa buena dirección y que merecen la máxima atención y respeto.
El primero de ellos, relacionado con la hostelería de bodega, tiene como impulsora a Novartis, multinacional con intereses en múltiples sectores, que ha anunciado la ampliación de su hotel de lujo, enclavado en una abadía del siglo XII que perteneció a la orden premostratense. Sus muros tardorrománicos albergan también, además de una bodega con viñedos propios, un restaurante que ha fichado como alma mater a un cocinero innovador y emprendedor, Andonio Aduriz, que pretende conseguir una estrella Michelín para el establecimiento. Muy cerca de allí, y en el mismo término municipal de Sardón de Duero, otra empresa bodeguera, adquirida en 2010 por el grupo gallego Terras Gauda, ha anunciado su penetración en el mercado de Taiwan y su consolidación en Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Alemania y México. Su secreto no es otro que la elaboración de vinos de calidad basados en los principios de la biodinámica e inspirados por el mago danés de la viticultura Peter Sisseck. Ambos casos son ejemplos de como la vanguardia puede generar riqueza en el campo y convertirse en una esperanza para el mundo rural, esencia de Castilla y León.
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