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James Goold / Abogado: «Odyssey ha jugado sucio y mantenido posturas ridículas»
No es de extrañar que a James Goold no se le hayan escapado «vivos» los «cazatesoros» de Odyssey. Si en su salsa –o sea, frente al juez– medita cada palabra como lo hace en esta entrevista, sin duda será difícil pillarle en un renuncio. Meticuloso, tomándose su tiempo para mascar cada respuesta y para elegir con cuidado los términos, el abogado estadounidense que ha ganado el «Caso Odyssey» para España recibe a LA RAZÓN en un hotel a dos pasos de la Secretaría de Estado de Cultura. Aunque parece hablarle al juez, se le ilumina la cara, sonríe y es elocuente cuando aborda el largo proceso legal y la investigación que le han dado la victoria contra Odyssey Marine Exploration, empresa a la que España exigía la devolución del tesoro expoliado de un pecio –el barco «Nuestra Señora de las Mercedes», hundido en 1804– cerca del Algarve portugués. Equilibrado y sereno, sólo parece emocionarse cuando habla de la ayuda de la Fuerza Aérea norteamericana –«muy profesional y valiosa»– en el regreso del tesoro a España: «Hizo que me sintiera orgulloso de ser americano».
-Enhorabuena, lo primero, por la victoria.
-Muchas gracias. ¡Enhorabuena a todos nosotros!
-¿Cómo ha vivido el caso?
-Han sido cinco años largos y, en muchas ocasiones, intensos. También un fuerte desafío personal, ya que he asumido una gran responsabilidad con España.
-¿En qué punto comenzó a pensar que era «La Mercedes»?
-Odyssey decía, muy al comienzo del caso, que era un barco misterioso. Pero comencé a sospechar muy pronto, ya en 2007, de que se trataba de «La Mercedes». Cuando supimos que habían recuperado 600.000 monedas de un área no muy alejada de Cádiz, era muy razonable sospechar que se trataba de un barco del Estado español: no muchos navíos portaban esas cantidades. Yo entiendo de navegación y enseguida vi que se trataba de la ruta que llevaba a Cádiz. Entonces comenzó un periodo de investigaciones secretas sobre los movimientos de los barcos de Odyssey. Esto nos lleva al verano de 2007 –¡Dios mío, hace ya cinco años!–. En un par de meses me había hecho una buena idea de dónde habían estado, a pesar de que ellos trataron por todos los medios de «disfrazarlo». Pero, si cuentas con ayuda militar, hay maneras de averiguarlo. Investigué entonces para saber qué barcos españoles se habían hundido en aquella zona. Fue emocionante e interesante. Encontramos información histórica sobre «La Mercedes», que llevaba muchas monedas. Pero también portaba una gran cantidad de lingotes de cobre y de estaño. En ese punto recibí más información que no era pública: la compañía había extraído cobre y estaño del fondo marino.
-¿Fue la clave para saber que era «La Mercedes»?
-Era suficiente para creerlo con un 90% o 95% de seguridad. Investigamos si algún otro buque español en aquella área también llevó cobre y estaño, y examinamos los informes acerca de la batalla de los capitanes españoles supervivientes de las otras naves. Dejaron escrita la localización, pero no llevaban un GPS, por supuesto. El área marina en la que Odyssey trabajó se ajustaba a una de varias millas determinada por los informes históricos. Ya en septiembre de 2007, recibimos documentos del Gobierno de EE UU y de Gran Bretaña. Algunos incluían la localización exacta, entre abril y mayo, del lugar donde Odyssey había estado sacando monedas. Además, la Marina española desarrolló un análisis de los informes históricos, que redujo a un radio de ocho millas la localización de los escritos de 1804. Habíamos dado en la diana.
-¿Estaban ya seguros al 100% de que era «La Mercedes»?
-Yo diría que al 99%. Puedes saber algo, pero tienes que probarlo en un juicio. Solicitamos en Florida una inspección de las monedas, y acceso a las fotografías y grabaciones en vídeo del fondo marino que habían realizado. Ellos se negaban, pero el juez les obligó. Vimos que las fechas de las monedas se detenían en 1804, había cañones de navíos, cerámicas, espadas y otras piezas de un barco de guerra español de la época. E indicios de una explosión en el casco. Odyssey juraba que era imposible decir qué barco era. Nosotros reunimos las pruebas sobre abril de 2008. Podíamos probar que era «La Mercedes» y que, por lo tanto, gozaba de inmunidad soberana.
-En esta historia de éxitos, ¿fue pesimista en algún momento?
-No, una vez que supimos que el barco era «La Mercedes» no tuve ni un momento de pesimismo. Nuestra postura se ajustaba a la Ley internacional. Conviene recordar que ya había hecho algo similar con el caso de «El Juno» y «La Galga». A veces la Ley y la moralidad no coinciden, pero aquí eran lo mismo. Siempre creímos que saldríamos victoriosos.
-¿Ha jugado sucio Odyssey a lo largo del proceso legal?
-Sí, en ciertos momentos, negó que existieran pruebas que identificaran el barco; en otros que hubiera siquiera pruebas de que había un barco. Era increíble. El juez las vio y realizó algunos comentarios muy fuertes. Y no hemos acabado aún en este aspecto. La compañía dijo cosas y mantuvo argumentos que eran imposibles de creer o ridículos.
-Creo que incluso entraron en terreno personal sobre usted.
-Sí, hubo ataques personales, en Tampa y en los medios de comunicación de EE UU. Aquí en España, también me llegaron rumores de ataques personales muy extraños. Aquello me dijo que estaban en un lío, nerviosos, y que trataban de apartarme del caso. Cualquier buen juez es capaz de ver ésto. Y tenemos a algunos muy buenos, como Mr. Pizzo y Mr. Merriday.
-¿Es fiable Odissey sobre el tesoro entregado? ¿Existen posibilidades de que se hayan quedado algo?
-Cualquier cosa que mande Odyssey ha de ser comprobada con cuidado. Las monedas y otros materiales que han venido de Florida corresponden con los que observamos en las dos inspecciones previas. Es imposible decir el número exacto de monedas, porque hay muchas y parte salieron pegadas. Ahora que está todo aquí, los expertos lo podrán comprobar con detalle.
-Pero hay todavía 59 objetos en un almacén de Gibraltar.
-Sabemos que hay 59 objetos o contenedores en Gibraltar. Hemos informado al juez Pizzo. Él emitió una orden el 24 de febrero, como fecha tope para la devolución de las monedas y de los objetos. La semana pasada solicité información, pero los representantes de Odyssey no me respondieron. Informé al juez Pizzo de ésto el pasado miércoles y dejó claro que deben liberar los objetos de Gibraltar. En los próximos días habrá una petición al juez para que decida sobre qué multas se pueden imponer.
-¿Qué papel ha jugado el Gobierno gibraltareño?
-Sin comentarios.
-¿«El Juno» y «La Galga» le ha servido para ganar este caso?
-Visto en perspectiva, ahora veo aquel proceso como un ejercicio de entrenamiento, pese a que en su momento fue muy importante. «La Mercedes» ha atraído más atención: allí aprendí la importancia de contar con documentación histórica comprensible, a comenzar a trabajar cuanto antes; y que podía tener una fe completa en los principios legales. Fue un precedente importante. Todo lo que salió del mar en aquel caso, que es poco comparado con «La Mercedes», volvió a manos españolas. Sabía cuál era la meta en este caso.
-¿Qué significa esta sentencia para la jurisprudencia?
-Este caso ha sido único por lo especial de su perfil. Pero no hay nada en la decisión que no beba de otras previas, de las leyes españolas, americanas y de tratados internacionales. Odyssey dice que es incorrecta, que el juez ha creado nuevos principios legales... Pero son los mismos, sólo que en este caso se han aplicado muchos a la vez.
-¿Vamos a ver más casos como éste en el futuro?
-Después del de «El Juno» y «La Galga» pensé que los «cazatesoros» habían recibido el mensaje. Por eso ha sido tan sorprendente que Odyssey haya hecho esto.
La señal que delató al Odyssey Explorer
Desde que Odyssey hizo público su descubrimiento en 2007, Goold se puso a trabajar para averiguar de qué lugar habían extraído el tesoro de 595.000 monedas. «Yo sabía gracias a datos sobre navegación el área aproximada en la que habían estado trabajando», explica sobre el barco de la compañía (en la imagen, el Odyssey Explorer). «Habían dejado Gibraltar, navegado hacia el Este más allá del Estrecho, donde debes usar una señal. Pude incluso ver el momento en el que habían encontrado "La Mercedes"porque iban y venían, emitiendo señales, y en un momento dado la apagaron». Estuvieron así, cuenta, «durante un tiempo, excepto un periodo de entre diez y trece días, entre febrero, marzo y abril». Escondían sus movimientos, pero se delataron: «Encendían la señal durante periodos muy cortos. Imagino que en mitad de la noche se cruzaban con un gran carguero o un barco cisterna y debían encenderla brevemente para asegurarse de que no chocaran con el otro buque».
La importancia de dos documentos
Hubo documentos que fueron clave en la labor de Goold, de fuentes como el Archivo de Indias, los de la Marina y el de la Real Academia de la Historia. Y matiza: «Hubo dos muy importantes. Uno fue una carta de Godoy a la Marina, en la que solicita barcos de guerra para ir a las Américas. El otro, que fue en algún sentido más importante, es del comandante de la Marina, para que a «La Mercedes» (en la imagen) se le asignara esta misión. Odyssey quiso aducir que no había ningún barco; después, si se trataba de "La Mercedes", que era un navío comercial, lo cual era ridículo. Podíamos demostrar con estos y otros textos que estaba en una misión específica de importancia nacional».
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