CiU y PNV coordinan estrategias para marcar el futuro del Gobierno

Conscientes del poder que tienen en sus manos frente a un Ejecutivo central sin mayoría absoluta, los dirigentes del PNV y de CiU compartieron anoche en Madrid mesa y mantel. Salvar o no al Gobierno de Zapatero fue la cuestión central de la cena que mantuvieron los presidentes del PNV y de CiU, Iñigo Urkullu y Artur Mas, respectivamente, y el portavoz de la federación catalana en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes nacionalistas vascas.Los tres dirigentes aprovecharon el encuentro para repasar la crisis económica que azota a España y las medidas adoptadas por el Gabinete de Zapatero para salir de la actual recesión. En este punto, hablaron de coordinar las posturas a seguir en la votación de los Presupuestos Generales del Estado de 2011, que entrarán en la Cámara Baja a finales de septiembre próximo. Ambas formaciones son conscientes de que sus votos son decisivos para forzar un adelanto de las elecciones generales, que, en principio, tocan en marzo de 2012. De momento, las dos fuerzas políticas coinciden, aunque por diferentes motivos, en castigar a José Luis Rodríguez Zapatero en la votación de las cuentas del Estado del año que viene, la ley más importante que el Gobierno remite cada año a las Cortes Generales. Si el presidente no consigue sacarla adelante, se verá obligado a prorrogar los Presupuestos de este año, diseñados con unos parámetros diferentes a los necesarios para combatir la recesión económica que vive el país. Aunque aún no está dicha la última palabra, el Ejecutivo no descarta un adelanto electoral si se confirma su falta de respaldo parlamentario para sacar adelante las cuentas de 2011, según aseguraron a este diario fuentes gubernamentales.El EstatutLa cumbre nacionalista de ayer estaba prevista desde hace meses, aunque las agendas de los dirigentes catalanes y vascos forzaron a retrasar el encuentro en diversas ocasiones. Al final, se fijó el día y la hora (la cena de ayer) antes de conocer la sentencia del Estatut dictada por el Tribunal del Constitucional la última semana del mes pasado.Pese a que la cita fue fijada con anterioridad al fallo del TC y, por ende, éste no era el motivo de la misma, los líderes nacionalistas, como no podía ser de otra manera, intercambiaron puntos de vista sobre el mismo y sobre el escenario que se abre no sólo en Cataluña sino también en Euskadi tras la sentencia. El PNV entiende que el fallo también afecta al País Vasco. De hecho, José Luis Rodríguez Zapatero pactó con Artur Mas que Cataluña era una nación en medio del proceso de paz para exportar el modelo catalán a Euskadi. De esta manera, trató de reconocer que el País Vasco también es una nación. Por tanto, el PNV mostró ayer su disposición a respaldar todas y cada una de las acciones que adopte CiU respecto al Estatut y en contra de la sentencia del TC.En busca de la abstenciónAl cierre de esta edición, el Gobierno no tenía ayer garantizados los votos necesarios para aprobar hoy en el Congreso de los Diputados el techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado de 2011. De hecho, la vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Elena Salgado, contactó ayer con todos los portavoces de los grupos parlamentarios. Después de comprobar las dificultades existentes para conseguir el respaldo imprescindible para cumplir con éxito el trámite parlamentario, Elena Salgado rebajó sus pretensiones iniciales de conseguir el respaldo aritmético necesario y volvió a hacer otra ronda telefónica en busca de la abstención de los grupos.El PP «Zapatero promueve la insumisión»El PP no está teniendo más remedio que entrar, mal que le pese, en la creciente polémica que los partidos catalanes, con la colaboración del PSC y del PSOE, están alimentando entorno a la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña. Ayer se reunió el Comité de Dirección del PP y su respuesta al reproche de que se ha puesto de perfil consistió en descargar toda la responsabilidad del problema en José Luis Rodríguez Zapatero, quien, según Esteban González Pons, ha colocado a su Gobierno «al borde de la insumisión». González Pons recordó al PSOE que el Congreso no puede corregir la Constitución y reivindicó el «sentido común» de su partido, informa C. M.