Europa

Atenas

Las bolsas vuelven a acusar la división europea sobre Grecia

El Ibex cae un 1,98% en el enésimo «día negro» en los parqués

DESCARGUE EL GRÁFICO COMPLETO EN «CONTENIDOS RELACIONADOS»
DESCARGUE EL GRÁFICO COMPLETO EN «CONTENIDOS RELACIONADOS»larazon

Madrid / Bruselas- El pasado fin de semana, los ministros de Finanzas de la UE mandaron al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, de vuelta a su país con cajas destempladas. Con un punto de soberbia, incluso, por su intención de poner orden en la economía europea cuando la suya anda medio hecha jirones. Ya sabemos nosotros lo que tenemos que hacer, vinieron a decirle sus colegas europeos. El problema es que eso es, precisamente, lo que no saben: cómo sacar a Grecia del atolladero para evitar que encalle toda Europa.

Las divisiones que mostraron para impedir la quiebra griega, el reconocimiento de que habrá que recapitalizar a la banca ante los problemas de pago helenos y los retrasos para aprobar el nuevo fondo de rescate y el sexto tramo de ayuda de 8.000 millones de euros del primero concedido a Grecia tuvieron ayer los efectos que muchos esperaban. Tras los cuatro días de subidas de la semana pasada, los parqués volvieron a las pérdidas arrastrados por el sector bancario, especialmente el francés y el alemán. El Ibex 35, el selectivo español, cayó un 1,98%. Sin embargo, al parqué que más sufrió fue el de Milán, que retrocedió un 3,17%. Le siguieron París (-3%), Fráncfort (-2,83%) y Londres (-2,03%).

La gala Société Générale, una de las entidades más expuestas a la deuda griega y sobre cuya solvencia se ha especulado en las últimas semanas, lideró las pérdidas con un -6,7%, seguida de BNP Paribas (-5,48%). El Commerzbank alemán también se dejó un 4,17%. En España, BBVA cayó un 2,84% y Santander, un 2,25%. «Europa está encajonada y no avanza en ninguna dirección. Y esa falta de liderazgo complica la solución griega», explica Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). «Para bien o para mal, hay que solucionar cuanto antes lo de Grecia», resume Bernal, quien cree que la recogida de beneficios tras las subidas de la pasada semana también habría contribuido a los recortes de ayer.

Sube la prima de riesgo
Las turbulencias se dejaron también sentir en la prima de riesgo. El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán se incrementó desde los 342,4 puntos básicos en que cerró el pasado viernes hasta los 354,9.

Pese a la gravedad de la situación y la urgencia de adoptar medidas, pocos se muestran optimistas sobre una rápida resolución del problema griego. En una nota interna, Banesto se mostraba bastante pesimista sobre lo que está por venir. «No hay nada nuevo que permita pensar que puedan consolidarse las subidas de las bolsas de las últimas sesiones», explicaba. Grecia mantuvo ayer una videoconferencia, que seguirá hoy, con la llamada «troika» –BCE, FMI y la CE– para tratar de desbloquear los 8.000 millones de ayuda del primer plan de rescate que urgen a Atenas. No obstante, según informó Ap, no hubo acuerdo sobre la vuelta de la misión internacional que debe dar el visto bueno a la ayuda.

Su concesión contribuiría al menos a calmar algo a los mercados. Eso parecen pensar tanto el FMI como las instituciones europeas, que ayer presionaron con inusitada determinación a Grecia para que acelere las reformas a las que se comprometió para recibir la ayuda. El representante del FMI en Grecia, Bob Traa, insistió en que es «vital» que el Gobierno heleno implemente las reformas acordadas. Traa lamentó el retraso del ambicioso programa de privatizaciones de empresas y bienes estatales, con el que el Gobierno pretende recaudar 50.000 millones de euros hasta 2015. «Las privatizaciones se han retrasado en relación con el programa debido a que los políticos (griegos) no pueden ponerse de acuerdo sobre la manera de proceder», señaló Traa, quien advirtió del riesgo de quiebra si el retraso se acumula. «El electrocardiograma de Grecia se parece al de un hombre muerto», resumió de forma gráfica.

La prensa griega aseguró ayer que la «troika» había puesto sobre la mesa un nuevo paquete de medidas de ajuste que incluirían el despido de hasta 100.000 funcionarios, algo que negó la Comisión Europea. Sería, desde luego, otro duro golpe a un país ya muy castigado y cuyo Gobierno se revolvió contra Bruselas. «No deberíamos ser el chivo expiatorio o la excusa fácil usada por las instituciones internacionales para esconder su propia falta de competencia para gestionar la crisis», aseguró el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, en un mensaje con la vista puesta en el consumo interno.