Elecciones en Pakistán
El tribunal retrasa la apelación de Asia que ya no saldrá en Navidad
Sidra, Isha y Ushra ya no podrán tener a su madre en Navidad. Las hijas de Bibi confiaban en que iban a liberarla antes de esa fecha, pero la justicia paquistaní prorrogó ayer la suspensión de la pena para Asia hasta el 23 de diciembre, cuando se deberá anunciar la primera audiencia del proceso de apelación. La familia de Bibi podría tener que esperar incluso hasta un año antes de que finalice la revisión de la condena.
Así lo comunicó ayer el Tribunal Superior de Lahore tras una sesión de consultas en la que, además, se decidió imponer al Gobierno la prohibición de modificar la Ley de la Blasfemia hasta que finalice el proceso judicial contra Asia. El caso contra Bibi se ha convertido en un ejercicio de fuerza entre el poder judicial y el ejecutivo, y una oportunidad para ensañar el músculo de los islamistas.
La intromisión de la Corte en asuntos que conciernen al Parlamento ha abierto de nuevo las discrepancias entre el partido gobernante, el Partido Popular de Pakistán (PPP) del presidente Ali Asif Zardari, y la oposición parlamentaria, encabezada por la Liga Musulmana-N (del ex primer ministro Nawas Sharif). La Liga Musulmana-N gobierna en la región del Punjab y, puesto que las ordenes salen del Tribunal de Lahore, hay una clara disposición a paralizar las propuestas del PPP. Tanto la petición de clemencia para Bibi como la enmienda a la ley sobre la blasfemia fueron efectuadas por miembros del partido de Zardari.
Tanto la oposición como los movimientos islámicos le han declarado la Yihad (guerra santa) al ministro federal de Justicia, Babar Awan, del PPP por presentar una enmienda parlamentaria para modificar la ley antiblasfemia.
La misma suerte corren el gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, y el ministro federal para los asuntos de las Minorías, el católico Shabhaz Bhatti, por apoyar el perdón a Bibi.
Varios abogados partidarios del ex primer ministro Sharif presentaron, primero, un recurso en la Corte de Lahore para prohibir a Zardari que le concediera la gracia a Asia y, ahora, han vuelto a recurrir para bloquear la decisión parlamentaria de enmendar la ley sobre la blasfemia. La semana pasada, el líder de «Sunni Ittehad Council», Sahibzada Fazal Karim, y miembro parlamentario por la Liga Musulmana-N, encabezó una gran marcha desde Islamabad a Lahore para protestar contra el posible indulto presidencial y a favor de la ley de sobre la blasfemia. A su llegada a Lahore pronunció un discurso en el que amenazó con «una huelga nacional» si el Gobierno revoca la ley sobre la blasfemia, y advirtió de «consecuencias imprevisibles» si Zardari le otorgaba el perdón.
El pasado fin de semana, más de tres mil activistas del movimiento radical «Jamaat-e-Islami», se manifestaron delante del Parlamento, pidiendo al gobierno que se ocupe de «los problemas reales del país», como la inflación, la inseguridad y el paro, y que renuncie a la revisión de la polémica norma religiosa.
Otros grupos integristas, como «Lashkar-e-Toiba» y el movimiento Talibán, han lanzado una fatwa (edicto religioso) contra el ministro de minorías al acusarlo de «cómplice de blasfemia» por apoyar a Bibi, lo que lo convierte en blanco de los insurgentes. Incluso ha recibido la amenaza de ser «decapitado», al haber sido acusado de blasfemia por el líder religioso Ahmed Mian Hammadi.
Pero ni el presidente paquistaní ni su ejecutivo parecen haber cedido a las presión de los islamistas. Zardari ha anunciado la creación de una Comisión para revisar la polémica ley, que podría entregar un resultado y una propuesta de revisión dentro de tres meses. Actualmente en Pakistán, hay 130 personas encarceladas por blasfemia en las diferentes prisiones del Punjab. De éstos, 64 han sido condenados, mientras que 52 están en proceso de juicio. Sólo ocho de ellos son cristianos. Los restantes 122 son musulmanes.
Identificado matrimonio asesinado
Las autoridades iraquíes han identificado al matrimonio cristiano asesinado en su domicilio de Bagdad. Se trata de Hikmat Sammak y su esposa Samira. Acababan de vender su casa en el barrio chií de Baladiyat y se habían mudado al norte del país, en Erbil. El viernes pasado regresaron para acabar el último papeleo de la transacción.
Su Santidad Benedicto XVI ha pedido una oración para los cristianos iraquíes: «Pienso en las muchas situaciones difíciles, como los continuos aentados que se verifican en Irak contra cristianos y musulmanes; en los muertos y heridos de Egipto».
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