Desarme de ETA
Remontar el vuelo
Como en las cabriolas aéreas de pilotos avezados, Alfredo Pérez Rubalcaba sueña con pasar por el «Faisán» en vuelo rasante. A toda velocidad, fuera de la Audiencia Nacional y a otra cosa, mariposa. Hace unos días, en el Congreso de los Diputados, el ex ministro del Interior se mostraba tranquilo. En conversación privada con algunos periodistas, no exhibió temor alguno, convencido de haber hecho lo correcto en la lucha antiterrorista. Está encantado de ser el candidato del PSOE, y no lo oculta. Con su hábil maestría, o finge muy bien, o realmente se lo cree.
En el partido y en el Grupo Socialista piensan que bajo el «caso Faisán» subyacen intenciones políticas. La consigna es clara: quieren cargarse a Alfredo por ser candidato y, además, negar sus éxitos policiales contra ETA.
Pero nadie habla abiertamente de que el «chivatazo» se produce en el marco del proceso de paz. Tal vez, sería más valiente reconocer que la negociación con la banda marcaba la pauta y los hechos posteriores. En medios jurídicos, hay interpretaciones para todos los gustos. Algunos magistrados detectan fallos en la decisión del juez Ruz y defienden las tesis de la Fiscalía. Mientras, otros piensan todo lo contrario.
Rubalcaba está dispuesto a tragarse «el marrón» sin amilanarse. A él, los retos no le asustan. El faisán es un ave que vive en el suelo. Solo utiliza su portentoso plumaje cuando avista al enemigo. El candidato hará lo mismo. Con los pies en la tierra, olfatea el peligro. Veremos si remonta el vuelo o se estrella de bruces.
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