Historia
A por los ricos
Lo peor de este Gobierno es que siempre tiene que buscar coartadas y enemigos a los que atacar para endosarles las culpas propias. De ahí que cuando no son los curas o los obispos, son en general los de la derecha, los fascistas, los empresarios, los banqueros o los ricos. Es puro peronismo. Hemos pasado de ser un país serio, durante los años de Aznar, a una nación gobernada a la italiana, con barullo, improvisadamente, a la buena de Dios, echando siempre la culpa a los demás. Los peronistas argentinos hacen esto a la perfección. Para ellos son culpables los americanos, los españoles, los brasileños, pero nunca el peronismo. Han llegado a perfeccionar el populismo de tal manera que siguen instalados en el poder pese a gestionar el país de la peor manera imaginable. O sea, sin planificar y sin rigor, inventando soluciones cada semana o cada día. Pero ahí están, beneficiándose del poder, que no es poco. Y ahí está nuestro socialismo, cual peronismo avezado puliendo la forma de endosarles su culpa a los demás. Para eso es importante que siempre haya un enemigo. Otrora lo fue Bush, después los neocon, más tarde Aznar, luego los curas y los banqueros, y ahora los ricos. Los ricos son culpables, y por tanto hay que ir a por ellos. Cosa que en principio suena bien. El problema surge cuando analizas y ves que se trata de un mensaje vacío, sin consistencia. Dicen que les quieren subir los impuestos a los ricos, pero lo cierto es que los ricos de verdad, que en nuestro país no son más de cien mil, tienen organizada la vida de manera que cotizan a través de un entramado de sociedades y recursos que les permiten soslayar buena parte de sus compromisos a través de paraísos fiscales. Cosa que está mal, pero que sucede de esa manera casi siempre, sin que veamos que el actual Gobierno esté dispuesto a solventarlo, por mucho discurso contra los ricos que enarbole.La realidad del país es que ricos hay pocos. Y que sólo un 3 por ciento de los contribuyentes gana más de 60.000 euros al año. La mitad de la recaudación fiscal, como subraya bien Juan Pablo Colmenarejo, proviene de personas que cobran entre 24.000 y 60.000 euros. Lo que quiere decir que, si el Gobierno se empeña en subir los impuestos, para que esa medida sea eficaz no tendrá más remedio que subírselos a las clases medias. Porque no conozco yo a ningún rico que gane sólo 24.000 euros al año.De manera que esta ofensiva populista y peronista contra los ricos no deja de ser falaz. En realidad a los que se subirá los impuestos no es a los ricos, sino más bien a los profesionales. ¿Y servirá eso para salir de la crisis? Para lo único que va a servir es para acentuar la actual situación. Las empresas que pagan más invierten menos. Quien cotiza más impuestos consume menos en coches y en casas y en muebles. Justamente se obtiene lo contrario de lo que se pretende. O sea, se paraliza más la economía y se impide que se movilice la iniciativa privada.Algo de primero de básica, pero que a nuestro Gobierno no le entra en la sesera. Sólo le cabe el discurso primario y facilón de que hay que atacar a los banqueros y a los ricos.
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