Estreno teatral

Aborto libre

La Razón
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Desde el instante mismo de la concepción, nadie discute la condición del género humano, y mucho menos si hablamos de un feto de trece semanas. A las nueve semanas, el feto ya tiene perfectamente formadas la mirada y las extremidades e incluso las huellas dactilares. Nadie cuestiona la condición del género humano, porque en el útero lo que crece no es un rinoceronte ni un camello, sino una persona que se distinguirá en su nacimiento del resto de seres vivos. Excepto para Bibiana Aído, claro, que cree que esas criaturas deben de ser inhumanas, como ella. Son seres vivos humanos y no otra cosa, como pretenden estas gentes que nos quieren engañar a todos, y especialmente a las mujeres, que son las que sufrirán las consecuencias de una sexualidad sobre cuya espalda recae toda la responsabilidad. Se acabó el «póntelo, pónselo», porque ahora lo que llega con Bibiana Aído y Trinidad Jiménez es el «tómate la píldora o apechuga con lo que viene». Éste es el Gobierno que tenemos, y las mujeres, como siempre, a pagar. Ocurre en dependencia y en financiación. Es el Gobierno del «yo invito y tú pagas», o, dicho en clave abortista, «yo te jodo y tú te jodes». ¿A esto lo llaman igualdad? ¿Dónde están las conquistas de las mujeres en el último siglo?