Brasilia

Acuerdos «de pasillo» sobre la Torre Cajasol

El Gobierno arrecia en sus contactos para eludir todo debate en la reunión

Acuerdos «de pasillo» sobre la Torre Cajasol
Acuerdos «de pasillo» sobre la Torre Cajasollarazon

El Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes) se convierte estos días en unas Naciones Unidas a escala y de temática exclusivamente cultural, y no sólo por la presencia de representantes públicos y expertos procedentes de todos los rincones del planeta. El encuentro anual del Comité del Patrimonio Mundial que se celebra en las instalaciones de Fibes propicia densas y tensas discusiones en las salas de trabajo, pero en las decisiones y las declaraciones oficiales resultan decisivas las negociaciones en despachos y pasillos propiciadas por cada Estado interesado.Éste es el motivo de que, a estas alturas, todavía resulte una incógnita cómo se abordará finalmente el impacto de la Torre Cajasol sobre el casco histórico hispalense. Como autoridad competente en este foro internacional, el Ministerio de Cultura considera más que suficiente su anuncio sobre la creación de un grupo de reconocidos profesionales para analizar detenidamente el proyecto.Cultura acepta, incluso, como elemento a favor de su estrategia dilatoria la firme intención de la Unesco de dejar este espinoso asunto en manos de su propio equipo técnico, que emitirá el único dictamen vinculante para su debate en la convención del Comité del Patrimonio Mundial de 2010, prevista en Brasilia.Las sesiones dedicadas al estado de conservación de bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial comienzan esta tarde, y se prevé que hoy mismo –o mañana, si continúan los retrasos en la agenda– se alcance el punto dedicado a los efectos de la Torre Cajasol. En cambio, desde el Ministerio se insiste en que su preocupación se centra en los expedientes sobre la situación actual y las amenazas que se ciernen sobre cuatro sitios españoles: el entorno natural del Monte Perdido (en el Pirineo hispano-francés), el enclave cultural y la biodiversidad de Ibiza, la obra de Antonio Gaudí en Barcelona y el casco histórico monumental de Salamanca.Estos bienes nacionales cuentan con estudios especializados desde hace bastante más tiempo que el rascacielos ideado por César Pelli, pero en su exclusión del caso sevillano por parte del Gobierno pesa, sobre todo, su objetivo de alejar las dudas sobre la preservación patrimonial en la ciudad anfitriona de la convención y del segundo país en sitios catalogados –detrás de Italia–. En las sesiones oficiales de trabajo se comprobará si los esfuerzos negociadores del Ministerio de Cultura fructifican. En los pasillos, las conversaciones continuarán hasta el último minuto.El encuentro «alternativo»Mientras en Fibes se debatía el futuro de los más diversos sitios culturales, en la Capilla Doméstica de San Pedro de Alcántara la discusión se centraba sólo en la Torre Cajasol. Se escucharon exclusivamenteargumentos en contra del rascacielos por su «nula sostenibilidad» y su «ataque» al paisaje local por parte de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía (Adepa), Arquitectura y Compromiso Social o Ecologistas en Acción. Acudieron varias decenas de personas a la charla, convocada cerca del acto nocturno del Comité.4 PUNTOS CRÍTICOS1/ En puertasLa Torre de Hércules y las minas de mercurio de Almadén están bien situadas en la Lista del Patrimonio Mundial. Para 2010 se deja el yacimiento de Siega (Salamanca) y las huellas de dinosaurios en la Península.2/ AplazamientoLos órganos consultivos del Comité del Patrimonio instan a aplazar las candidaturas de la Ruta del Oro de Paraty (Brasil), la «Ciudade Bella» de Ribeira Grande (capital de Cabo Verde) y la obra de Le Corbusier.3/ Aún en peligroLas Galápagos seguirán en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, pese a que el Comité admite los grandes esfuerzos de Gobierno del Ecuador para preservar la riqueza natural del archipiélago.4/ Sin enemigosLa coordinadora del Fondo Español para el Patrimonio Mundial, Nuria Sanz, insistió en que el ingreso de un sitio en la «lista negra» de la Unesco «no es un ataque al país», sino darle «una atención especial».