Sevilla

Alejandro Talavante: «Este año voy a dar mi vida»

Alejandro talavante: «Este año voy a dar mi vida»
Alejandro talavante: «Este año voy a dar mi vida»larazon

Le llegó el éxito volado, de novillero y en un suspiro se codeó con las figuras. El año pasado vino el bajón, el de la flojera. Este invierno ha vuelto a la aldea sevillana donde vive con Antonio Corbacho, el que también fuera apoderado de José Tomás. Allí, aislados del mundo, Alejandro y Antonio preparan la temporada a su manera. Un sacrificio que vale mil si lo tienes que hacer a los 20 años, pero el torero lo tiene claro: todo por recuperar el terreno perdido. Asume los despistes de la pasada temporada y todo, dice, por pretender hacer una vida normal cuando uno aspira a la cumbre de jugarse el tipo cada tarde. Sinceridad y locura se dan la mano en un discurso curioso, distinto. –¿De quién surge la idea de encerrarse con seis toros en Resurrección en Madrid?–Nos lo dijo la empresa, lo sopesamos y nos pareció bien, porque queremos apostar fuerte. –¿Por qué la corrida entera de Núñez del Cuvillo?–Es muy difícil elegir una corrida seria, que esté igualada y que no sea una escalera. Es la ganadería triunfadora y además no hay uniformidad en el comportamiento de sus toros y eso hace que sea muy interesante. Salen animales muy entregados y otros más fieros. –¿Ha visto los toros?–El otro día estuve en la finca y me grabaron de espaldas a ellos, pero yo no los vi. Sentía su respiración, sus pisadas, pero no me di la vuelta. –La encerrona, ¿marca su declaración de intenciones de la temporada?–Sí, lo digo de antemano, es una temporada muy importante para mí y voy a dar lo más preciado que es mi vida. Me voy a entregar al máximo todas las tardes. Quiero que quede claro. Es mi tercera campaña como matador de toros y quiero que sea la de la consolidación. –¿Cómo se está viendo en el campo?–Muy bien, la evolución es muy buena y estoy disfrutando. Se me ha hecho corto el invierno. Además como estoy viviendo aquí con Antonio (Corbacho, su apoderado) en un aldea, cada vez que vamos al campo es una bendición. –¿Se hace duro vivir allí?–Aquí te puede dar por pensar demasiado, pero te hace fuerte. Es imprescindible para conseguir cierto nivel. –¿Si lleva una vida más normal se puede despistar?–Si estoy en contacto con mis amigos me provoca unos trastornos emocionales que se me nota en la plaza, que fue lo que me pasó el año pasado, pero claro tengo 20 años, llevaba dos metido aquí y quise irme a vivir por mi cuenta, pero así no funciona. Estar aquí es duro pero efectivo. –¿Merece la pena sacrificar lo personal?–Me da igual todo y ahora no puede haber una cosa más importante que mi carrera y mi libertad la encuentro aquí. Hay que estar jodido para salir al ruedo sin importarte nada. –¿En qué consiste la preparación con Corbacho?–En realidad entreno solo. Alguna vez se asoma Antonio y comentamos, pero por lo general lo hago solo. –¿Cómo valora el año pasado?–En lo personal fue muy importante porque me curtió mucho y en lo profesional, muy irregular. Hubo tardes importantes, pero mi idea es estar en lo más alto, por lo que quiero mantener la tónica de las dos temporadas anteriores. –¿Admite cuando las cosas no salen bien?–Sé mejor que nadie si he estado bien o no, aunque no lo vaya pregonando, lo primero por estrategia de mercado y lo segundo porque a la vista está. –¿Se sufre una mala tarde?–Yo me amargo, aunque tenga cosas para disfrutar. Es una sensación muy mala. Por ganar lo que perdí estoy dispuesto a lo que sea. –¿Cómo lleva las críticas?–No las llevo, no hay nadie más duro conmigo que yo. –Le llegó el éxito muy rápido, ¿requiere también lo bueno un proceso de asimilación?–Sí, si no seríamos máquinas y no personas. –Le escuché en algún momento hablar de depresión. –Me notaba alicaído, apagado, no tenía energía para dar al público. Sentía muchos altibajos. Es difícil canalizar las emociones. Pero ya está pasado, ahora tengo unas ganas tremendas de empezar la temporada, de ir a Sevilla, a Madrid, a Valencia...–