Suecia
Amarga inocencia
Dirección: Tomas Alfredson. Intérpretes: Kare Hedebrant, Per Ragnar, Lina Leandersson, Henrik Dahl. Suecia, 2008. Duración: 1 14 minutos. Fantástico.El vampiro infantil más inquietante de la historia del cine es, con perdón de la magnífica Kirsten Dunst de «Entrevista con el vampiro», el niño de «Los Wurdalak», segundo episodio de la obra maestra de Mario Bava «Las tres caras del miedo». Tiene en común con Eli, la niña vampira que nos ocupa, la necesidad de una invitación al hogar, ese «déjame entrar» del título que juega a ser, también, una petición de afecto por parte de un monstruo que no se resigna a serlo. La película de Tomas Alfredson trabaja ese sentimiento de aislamiento mostrando la relación de amor platónico entre Eli y Oskar, niño que, sin ser vampiro, se siente tan solo como su nueva amiga. Bajo el silencio nevado de una desolada ciudad-dormitorio, ambos pasean su tragedia –él es víctima de acoso escolar; ella necesita beber sangre para sobrevivir– como si levitaran colgados en una burbuja. Alfredson potencia esa sensación de separación del mundo a partir de un expresivo uso del espacio fílmico –que culmina en la magnífica secuencia de la piscina, donde lo explícito y lo implícito (el fuera de campo) estallan en una sola dirección– y una delicadeza no exenta de brutalidad. La combinación de sustantivos puede parecer contradictoria, pero así es esta película: bipolar, triste y feliz a un tiempo.
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