Barcelona
Andrés Velencoso podría acudir al concierto de Kylie en Madrid
Se trata de secuelas amorosas con resquemor, exigencias y descalificaciones. Es lo de siempre. Porque, mientras el multirizado Isaac tira para adelante con el faenón económico que le hizo Falete al dejarle una deuda de sesenta mil euros, el folclórico no deja de visitar Estambul, donde tiene un nuevo, reciente y parece que ardiente amor. O a lo mejor lo que le pica, atrae y desquicia es el ambiente embrujador de una ciudad única, un auténtico objetivo turístico en el que apenas calan los reveses sentimentales de Güiza. La madre del futbolista, esa Pepi que parece de una película del mejor Almodóvar –que no es el de «Los abrazos rotos», retrotraigámonos a «Mujeres...» o «Entre tinieblas»– ya está dispuesta a cantar, porque ofertas no le faltan. «¿Dónde estás, corazón»? no deja de tentarla y acabará cayendo. «Pero sólo hablaré para defender a mi niño», dice. Para las madres siempre seremos bebés, aunque el jugador tenga detrás de sí una estela de desencantos, supongo que mutuos. En ellos aún no piensa el orondo Falete, ese mix entre Pantoja, Caballé y María del Monte. Me refiero a su voluminoso y barroco físico unidos a un atuendo como para procesionar. Bazar ambulanteFalete viaja regularmente a Turquía por aquello de la ciega pasión, tan bien recreada por Antonio Gala en una de sus novelas más logradas. Cargado de volantes se va al Bósforo, de donde regresa transformado en un bazar ambulante que rebosa muselinas y copias internacionales, santo y seña del Gran Bazar. Es un «shopping» que desbanca a las pieles tradicionales o las alfombras que, hasta ahora, eran los principales atractivos para los turistas. El caso es que hay conmoción en los círculos sevillanos afines al tonadillero, que se prepara un emocionante verano, siempre entre la copla y quien pueda provocarle su pasión turca, que conoció cuando realizó un reportaje ofrecido por Turismo Turco en España. El artista triunfó porque allí les gustan las exuberancias y él tiene de sobra. Casi tanto como genio posee Kylie Minogue. Es el principal atractivo de la cartelera del Día del Orgullo Gay de Madrid. Ella es el icono de esa población, como antaño lo fueron Celia Gámez, la mítica Olga Guillot y Marilyn Monroe, por sólo citar o recordar a tres inamovibles. Lola Flores nunca gozó de tal favor popular, que sí elevó a la Jurado a los altares de la devoción. Porque lo que gusta es el desamor y el desgarro.Con el patrocinio de MTV en Las Ventas, Kylie ofrecerá su primer concierto en España con el mismo «show» que interpretó en París la primavera pasada y que coincidió con la reaparición de Madonna. Dijeron que la americana pretendía así cargarse, sin conseguirlo, a su rival australiana. Igual viene acompañada por Andrés Velencoso pero sin pasar por taquilla, como recientemente pretendió en la inauguración en Barcelona de la tienda Tous, firma de la que la artista ya es más que imagen. Alicientes no faltarán ese primero de julio. Pasaremos del orgullo a la pasión, qué bien.
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