EPA
Antes y después de 2008
De acuerdo con los datos de los últimos siete años, la inmigración ha generado en España el 38% del crecimiento del Producto Interior Bruto, representa el 60% de la nueva población que quiere y puede trabajar, supone el 50% de los nuevos empleos y ocupa puestos de trabajo que no son cubiertos por los trabajadores nativos. Sin ningún género de dudas, los inmigrantes han sido el colectivo más perjudicado por la crisis que se ha instalado en España en 2008. Su tasa de paro se ha duplicado en apenas un año, mientras la total ha pasado del 8 al 13,91%. La cifra de 779.400 desempleados extranjeros, un 24,3% del total reconocido por la EPA, recuerda a tiempos pretéritos. El hecho de que gran parte de sus empleos es de menor cualificación dispara el problema en sectores como la construcción, uno de los más afectados por la crisis. Dos de cada tres trabajos ocupados por extranjeros requieren ninguna o escasa cualificación. Por esta razón, se hace necesario impulsar medidas que mejoren la intermediación laboral y la formación laboral, que tiene que adaptarse cada vez más al puesto de trabajo.
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