Cataluña
Apta para menores: El Gobierno quiere rebajar a los 16 años la edad para ver cine adulto
Los expertos esperan que esta variación no suponga rebajar el listón de las películas que hoy se recomiendan para adultos.
Cuando aún resuenan los ecos de la polémica sobre la futura Ley del Aborto que permitirá a las menores de 16 años interrumpir el embarazo sin permiso paterno, desde el Ministerio de Cultura se aporta otro elemento más a esta controversia que ayer contó LA RAZÓN. «Es absurdo que se pueda abortar a los 16 y haya filmes que no se puedan ver con esa edad», apuntaba Ignasi Guardans, nuevo director general de Cine (ICAA), que pretende revisar la calificación por edades que hasta el momento permanece en cinco categorías: para todos los públicos, no recomendada para menores de 7 años, de 13, de 18, sólo para adultos y X . La intención de Guardans es abrir un debate con educadores y asociaciones de padres de alumnos para revisar los criterios de calificación e introducir una nueva: no recomendada para menores de 16. Cultura vigilará además que los cines cumplan con la obligación legal de publicitar dichas recomendaciones: «Desde que llegué al ICAA ya he firmado cuatro sanciones. Cualquier ciudadano puede denunciarlo. Se trata de una cuestión de información al consumidor más que de censura», explica Guardans. La convergencia con Europa es otro de los objetivos de la reforma, pues se establecerán convenios con distintos países para que no exista la necesidad de abrir expediente a cintas que ya han sido calificadas en otros países de la UE.
Polémica comparación
LA RAZÓN quiso conocer ayer la opinión de diferentes asociaciones, que recomiendan a Cultura prudencia a la hora de modificar la calificación por edades. Para Luis Carbonell, presidente de Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos), el comentario de Guardans es «lamentable». Deja claro su «desagrado», ya que «una vez más un miembro del Gobierno, en este caso del Ministerio de Cultura, se arroga la potestad de decirnos a los padres cómo educar a nuestros hijos, como si fuéramos ciudadanos que no supiéramos hacerlo». Creen en la Confederación que «por más que haya una ley que permita abortar a menores con 16 años, sigue siendo una conducta reprobable y así lo admite la mayor parte de la sociedad española, ya sea de izquierdas o derechas». Y añade que no ve la necesidad en principio de crear esa nueva calificación «+16»: «Hay que establecer un límite importante. La mayoría de edad lo es, significa que uno es responsable de sus actos. Y antes de esa edad lo correcto es proteger a la infancia». Pero, ¿y la coherencia? ¿Realmente, como explicó Guardans, tiene lógica que una joven pueda abortar con 16 años pero no ver un filme por contener escenas de sexo o violencia? La primera respuesta de Carbonell es en realidad una matización: «Está por ver todavía que esa ley se vaya a aprobar». La segunda también, pero en otro sentido: «Hay que distinguir lo que es legal de lo que es moral. Que uno pueda abortar legalmente no significa que tenga determinados elementos de juicio para tomar alguna decisiones». En cualquier caso, el director de Concapa deja caer un aviso para gobernantes: «No estaría de más que, en vez de imponer criterios de clasificación, se consultara a las asociaciones de padres, para escuchar los suyos». En la misma línea se expresa Mercedes Coloma Miró, presidenta de Cofapa (Confederación de Padres de Alumnos), que lamenta que las asociaciones de padres no tengan al menos voz (y/o voto) en la toma de decisiones de la regulación por edades. «Nadie mejor que los padres, que notamos lo que puede afectar a nuestros hijos. Es importante que se nos pregunte, que se nos implique. Además, muchas veces las personas que deciden estas calificaciones ni siquiera tienen hijos».
A Coloma le parece bien la primera parte de lo anunciado el lunes por Guardans: que España homologue calificaciones con Europa. No así la segunda: la creación del tramo «+16» y la justificación ofrecida por el director del ICAA: «Todo el mundo critica la nueva Ley del Aborto; una chica puede ser madura para tener una relación y quedarse embarazada, pero no serlo para afrontarlo y tomar una decisión así. Y con el cine no puede ser que ahora abramos la mano y ancha es Castilla». Y añade Coloma: «La coherencia no prima: para conducir, para votar, hay que ser mayor de edad, pero no para abortar. Falta sentido común». Coloma señala también fisuras del sistema, como la trampa de la publicidad: «Cuando fui a ver "Shrek"con mi familia, pusieron un anuncio de preservativos», desnuncia.
La regulación en TV
Algo que subraya también el defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, que recuerda que esto ocurre también en las televisiones, «donde se cuelan paquetes de publicidad en horarios de programas para los que son poco adecuados». Canalda, más preocupado «por la franja de edad de los más pequeños, más que la de los adolescentes», cree que, en general, la Comisión de Calificación de Películas Cinematográficas «funciona razonablemente bien. No tenemos quejas. Sólo alguna en las calificaciones de los más pequeños, donde a veces se cuelan contenidos de violencia, pero también incluso de sexo». Por eso, desvía el debate de las películas para mayores de 16 años. «En España se puede ver lo que se quiera. El problema no es la calificación, sino el control, que se cumplan los criterios». Aunque sí expresa una preocupación: «Que si una película acaba siendo para mayores de 16 años, lo sea de verdad. Que el nuevo tramo no suponga que se va a bajar el listón de algunas que deberían ser de 18». En este sentido, otorga un voto de confianza a la Comisión. En cualquier caso, la justificación del ICAA (el aborto como excusa para rebajar la edad) le parece «una sarta de despropósitos» y «una muestra más de la trivialización a la que este Gobierno nos lleva».
ANÁLISIS: ¿Quién decide y cómo se fija la calificación por edades?
- La Comisión de Calificación de Películas Cinematográficas. Además de la cúpula del ICAA, sus vocales son pedagogos, expertos en cine y ética y padres de distintas condiciones sociales. Pueden permanecer un máximo de dos años y en la actualidad está formado por Marina Álvarez Santa Cruz, Paloma Amyach, Beatriz, Bergamín, Adela Bermejo, Fernando Cordero, José Díaz de Espada, Fernando Íñiguez, Francisco Javier Palmero, Almudena García Molina e Isabel Torrent. Las Comunidades Autónomas tienen potestad para formar comisiones similares, aunque sólo Cataluña lo hizo.
- La calificación no impide la entrada al cine. Desde los años 80 se trata sólo de una recomendación. Sólo se prohibe el acceso a menores a las proyecciones calificadas X.
- El comité de la Conferenencia Espiscopal. Existe una calificación moral que emite un comité formado por 20 críticos de distintos medios que se reparten mensualmente las películas. Cada uno emite su dictamen y la calificación (se puede acceder a ellas a través de la web pantalla90.es).
Así es en otros países
- En Reino Unido la regulación es muy estricta, más incluso que en EE UU. El éxito del organismo que lo juzga es tal que se ha planteado aplicar este esquema a los contenidos de internet.
- En Alemania califican las películas en seis categorías:
sin restricción; a partir de 6 años; a partir de 12, o
de 6 con acompañamiento paterno;a partir de 16 ; y sólo
para adultos.
- Los filmes pueden ser calificados para «todos los públicos» o prohibidos para menores de 12, 16 y 18 años. Especial atención merecen aquellas producciones
en las que además los protagonistas son menores o adolescentes.
- En EE UU el control es férreo. Las calificaciones son: PG (para todos los públicos), PG7 (para mayores de 7), PG 13, PG 17 y R, para las que se solicita el carnet a los menores, que sólo pueden entrar acompañados de sus padres.
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