Sevilla
«Aquí están parte de mis bestias»
Sentado en el palco real del Teatro Lara de Madrid, donde deambula (según el propio artista argentino) el espíritu de la mítica actriz Lola Membrives, el artista multidisciplinar Papín Lucadamo nos habla de su última creación, «El fin de la carne», que estará hasta el próximo 30 de mayo en el hall del teatro. Después de «Espacios de ánimos», su primera exposición en Sevilla, donde reunió pinturas y grabados en una serie de títulos que recreaban el ánimo del artista de diferentes formas, el marido de la actriz Aitana Sánchez-Gijón ofrece una fauna inexplorada compuesta por depredadores feroces e insaciables.-¿Cuánto ha tardado en nacer «El fin de la carne»?-Han sido nueve meses, como un parto...-¿Y qué reflejan estos huesos?-Lo que hago, habla de mí... con la exposición deseo sacar fuera todos mis fantasmas.-Cree, entonces, en los fantasmas... ¿En los buenos o en los malos?-Los fantasmas no existen... o sí. Pienso que solamente se encuentran en la mente de las personas y según la predisposición de cada uno pueden ser malos o buenos... los míos son buenos, están repletos de ternura.-¿Pensó desde el principio en el Lara para acoger esta muestra?-Fue la misma directora del teatro, Ayanta Barilli, quien me propuso exponer aquí, porque cuando vio mi última obra pensó que estaba repleta de aspectos bastante teatrales. Además, ésta es la primera feria de las artes escénicas que organiza el teatro, una magnífica oportunidad para que su público pueda ver mi exposición.-¿Y en su trayectoria qué papel juega?-Se trata de mi animalario, de mis bestias. Son parte de mí, los aspectos negativos, como «El cabrón salvaje» y el «Ave Fénix», dos de los títulos de mi exposición. -¿Con cuál de ellos se identifica?-Con el Ave Fénix. Esa experiencia se experimenta muchas veces a lo largo de la vida. Podemos compararlo con la denominación francesa «petite morte», ese orgasmo donde vuelves a nacer después de haber experimentado el mayor de los placeres.-¿Y «El cabrón salvaje»?-Lo llevo dentro... (ríe). «El cabrón salvaje» está en todo ser humano.-¿Y cuántas bestias le quedan por mostrar al público?-Todavían tengo muchas por sacar, quiero seguir haciendo cosas nuevas y tengo varios proyectos en mente... -¿Dónde se esconde la mirada del pintor de la que tanto habla?- La mirada del pintor es como un músculo, hay que entrenarlo. Se trata de una manera distinta de observar lo que te rodea, la armonía, las formas, las proporciones... Un artista pinta para seducir: Todo arte de creación no es totalmente necesario, sino un juego.
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