Belleza

«Atracción» por Marina Castaño

La Razón
La RazónLa Razón

Los sentidos estimulan el deseo sexual, pero el olfato es uno de los más sensibles: a través de los olores se provocan emociones y se reacciona con atracción o rechazo, ya que la sensación olfativa puede decidir si nos acercamos o no a alguien.
La nariz y sus percepciones permiten conectar eróticamente de una forma más profunda con la pareja y el poder sensual se potencia a través de aceites esenciales o velas perfumadas con distintos aromas, como el ylang-ylang, el jazmín blanco, el almizcle o el sándalo. El más utilizado es el primero, con propiedades para combatir la ansiedad, la depresión, el insomnio y hasta la frigidez. Se han comercializado productos afrodisíacos como los polvos de miel, que perfuman el cuerpo con una pluma, el chocolate que se extiende con un pincel , así como el gel de baño con sabor a menta o a frutas. Luego están los olores naturales de cada uno: el olor del sexo, el del aliento, el del pecho y el que se produce durante el acto, que en frío pudieran provocar cierta repugnancia o rechazo, pero que en trance erótico despierta el deseo de forma intensa.
El olfato, por tanto, es una parte fundamental en el estímulo de los momentos íntimos.