Barcelona se prepara para el reto del Tour

La última vez que el Tour de Francia pisó Barcelona fue en 1965, «el año que yo nací», explicaba Jordi Hereu el día que supo que la ciudad acogería dos etapas de la ronda gala. De esto hace ya ocho meses. Ayer, cuando quedaban 74 días para la cita, el gobierno municipal presentó los actos paralelos al Tour para implicar a la gente. Repartirá cartulinas entre los espectadores para que una «ola» amarilla acompañe al pelotón a su paso por Barcelona.La cifras del TourVisiblemente ilusionado, el alcalde de Barcelona estrenó un contador electrónico, junto al Estadio Olímpico, que mide el tiempo que queda para la llegada del Tour a la ciudad. Junto a él estaba Miquel Poblet, el primer ciclista español que vistió el «maillot» amarillo. La emoción del alcalde se explica con las cifras de la competición. Aunque para que el Tour recale en Barcelona, el Consistorio desembolsa 500.000 euros –entre el pago a la organización y los gastos para poner a punto la ciudad–, se calcula que los beneficios triplicarán la inversión. Sólo un dato, cada noche, el Tour ocupa unas 3.300 habitaciones para acoger a las 4.500 personas que dibujan la caravana. Pese a que los beneficios de la Vuelta son menores, el Consistorio no ha intentado que regrese a Barcelona desde su ruptura con la organización en 1999.La ruptura con la vuelta ciclistaHará diez años que la Vuelta no pisa Barcelona, tras el espectáculo que ofreció en 1999, cuando los ciclistas se negaron a correr porque llovía y decían que el paso por Montjuïc era peligroso. La mala relación entre los organizadores de la Vuelta (Unipublic) y el Consistorio acabó por romperse. En 2005, Joan Laporta intentó en vano celebrar en el Camp Nou una contrarreloj, pero al Ayuntamiento no le interesa.