Cataluña
Barcelona sufre hoy otra huelga de bus ante la falta de acuerdo laboral
Entre las 11.00 horas y las 16.00 horas sólo recorrerán la ciudad los servicios mínimos
Firmeza y resistencia. Estas parecen ser las consignas por las que se rigen las posturas de la empresa pública Transports Metropolitans de Barcelona y de los sindicatos CGT, Actub y Plataforma sindical, que representan a la mayoría del os conductores, en la negociación del nuevo convenio colectivo. Pero ¿cuál es el precio de todo ello?De momento, un nuevo paro, el decimoséptimo desde que el conflicto entre empresa y trabajadores explotó en las calles barcelonesas. Hoy, entre las 11.00 horas y las 16.00 horas no habrá buses, o mejor dicho, los mínimos garantizados por el departamento de Trabajo. Es decir, la ciudadanía volverá a tener que asumir espera y cola en la marquesinas de las paradas de autobús. Una situación que puede verse agravada por la salida de los colegios, adelantada en algunos casos por el inminente fin de curso. El conflicto entre los conductores de autobús y TMB, la falta de acuerdo tras un año intenso de negociación del que ha de ser el nuevo convenio colectivo, vuelve a la calle. Y lo hace en fecha señalada. Hoy se celebra el juicio sobre el supuesto incumplimiento, por parte de la compañía, del acuerdo alcanzado con los trabajadores para tener 25 minutos de descanso. Los sindicatos dicen que no se cumple. No en vano, los convocantes del paro han anunciado además una asamblea general frente a los Juzgados de lo Social en Barcelona, en Ronda Sant Pere 41, a la 13.00 horas. Lo que ocurra luego y hasta el final de la huelga parcial será cuestión de improvisación sindical.Pero, ¿por qué tras más de doce meses sentados en la mesa de negociación no hay todavía un acuerdo de convenio colectivo? La respuesta es simple, la negociación no está paralizada pero no hay punto de encuentro. Ambas partes han ido a lo largo de los meses perfilando sus propuestas, pero nadie da su brazo a torcer. TMB asegura que su última iniciativa permite tener a los conductores dos días de descanso a la semana, además ha aprobado la parada diaria de 25 minutos (más otros quince en las terminales), el incremento del salario equivalente al incremento del IPC durante cinco años y la creación de 350 puestos de trabajo como mínimo. Pero los sindicatos no lo ven claro y se niegan a claudicar frente a la empresa. Los trabajadores quieren, además de los dos días de descanso y esos 25 minutos al día, que se contraten 500 conductores más (necesarios según sus cálculos si se aplican las primeras medidas exigidas). Tampoco piensan aceptar que la empresa implante los servicios interlíneas, en detrimento de los servicios de propiedad. Esta medida implicaría que un conductor empezase su turno en una línea y pudiese acabarlo en otra. Por otra parte, la apertura de expedientes disciplinarios a diferentes empleados ha supuesto también un freno a una negociación pacífica. Y hay que sumarle, las pésimas relaciones entre los convocantes y los representantes de CC OO y UGT.
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