Benedicto XVI
Benedicto XVI pide a los sacerdotes que aspiren a la «perfección espiritual»
El Papa exhorta a la defensa de los niños, «víctimas de la violencia y las armas»
MADRID- Con motivo de la inauguración el pasado viernes del Año Sacerdotal con ocasión del 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, el Papa Benedicto XVI explicó ayer por qué ha querido que se celebrase un Año Sacerdotal y precisamente en recuerdo del Santo Cura de Ars, «que aparentemente no hizo nada de extraordinario». Durante la audiencia general de los miércoles celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI recordó que «el objetivo de este Año Sacerdotal es renovar en cada uno de los presbíteros la aspiración a la perfección espiritual, de la que depende en gran medida la eficacia de su ministerio». Y es que, «en un mundo en el que la visión común de la vida comprende cada vez menos lo sagrado, la concepción católica del sacerdocio podría correr el riesgo de perder su consideración natural, a veces incluso dentro de la conciencia eclesial», denunció. El Santo Padre puso de relieve que existen dos concepciones del sacerdocio, «que no se contraponen»: «una que define la esencia del sacerdocio con el concepto de "servicio"y otra "sacramental-ontológica'', que considera que el ser ministro está determinado por un don concedido por el Señor». Benedicto XVI concluyó expresando el deseo de que «el Año Sacerdotal lleve a todos los sacerdotes a identificarse con Cristo crucificado y resucitado, y así, siguiendo el ejemplo del Cura de Ars, perciban la responsabilidad de su misión, signo de la misericordia infinita».Por otro lado, el Pontífice exhortó a la «defensa de la infancia víctima de la violencia y de las armas» y dijo sentirse cercano a «todos los niños del mundo, en particular a los que están expuestos al miedo, al abandono, al hambre, a la enfermedad y a la muerte», a los que recuerda en sus oraciones. Al término de la audiencia, pidió la liberación de «los secuestrados en las zonas de conflicto» y se refirió especialmente a Eugenio Vagni, un trabajador de la Cruz Roja retenido en Filipinas, informa Efe
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