Roma
Benedicto XVI testigo de un deseo común de paz en Tierra Santa
El Papa llegó el viernes a Roma, procedente de Tel Aviv, después de un viaje de ocho días que le ha llevado por Tierra Santa, donde visitó Jordania, Israel y los territorios palestinos. Benedicto XVI, que ha ido a esa tierra enfrentada como «peregrino de paz», afirmó que, «a pesar de las dificultades», ha visto que hay «un deseo común de paz». Por eso, el Santo Padre se presentó como «amigo de los israelíes y de los palestinos» y plasmó la opinión política del Vaticano al apostar por la existencia de dos Estados, uno judío y otro palestino. Tampoco sus palabras dejaron pasar por alto la existencia del muro de separación entre las poblaciones hebreas y árabes. Benedicto XVI criticó este «instrumento de seguridad» como «una de las visiones más tristes» de su estancia en la región, aunque admitió el argumento de Israel de que les protege de los terroristas palestinos. Algo que satisfizo a Tel Aviv casi tanto como el énfasis de su condena del Holocausto. Ante los musulmanes se esforzó por borrar las dudas que sembraron sus palabras en Alemania sobre la figura de Mahoma. En el viaje con mayor simbolismo interreligioso de Benedicto XVI hubo asimismo espacio para tender puentes con otros cristianos, como ortodoxos o armenios, en una geografía en que el esfuerzo ecuménico y de diálogo religioso se confunde con la pugna política.
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