Comunidad de Madrid

Biotecnología contra las enfermedades graves

Más de 40 empresas, entre ellas importantes farmacéuticas o compañías de tecnología médica, unen sus esfuerzos en dos clusters promovidos por el Instituto Madrileño de Desarrollo para crear un modelo pionero en investigación biomédica que sea capaz de encontrar soluciones avanzadas para hacer frente a enfermedades de nuestros días como el alzhéimer, el párkinson o el cáncer, entre otras

Biotecnología contra las enfermedades graves
Biotecnología contra las enfermedades graveslarazon

Los responsables de los parques científicos y tecnológicos y los clusters que en los últimos dos años se han abierto paso en la Comunidad de Madrid lo tienen claro: hay que responder a las demandas de los consumidores y generar negocio. Y esto sólo puede hacerse a través de la cooperación entre empresas y en un entorno tecnológicamente competitivo.

Por ello, sectores tan estratégicos y tan sensibles en sus resultados para la población como los de la salud y el bienestar, y la biotecnología, entre otros, están aunando esfuerzos en forma de clusters, «grupos de negocio que permiten alcanzar objetivos comunes a las empresas que están asociadas», explica Rafael Lamas, director gerente del Cluster de Salud y Bienestar de la región. Esta entidad engloba a compañías procedentes de sectores tan dispares como el farmacéutico, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la universidad y quiere establecer una colaboración que «asegure el avance en la mejora de la salud y el bienestar de consumidores/pacientes y la competitividad vinculadas con esa actividad». Sus miembros, un total 25, son punteros en el desarrollo de medicamentos personalizados o tratamientos de enfermedades crónicas a través de la telemedicina; y entre ellos se encuentra la farmacéutica Sanofi Aventis, uno de los fundadores del cluster y referente en áreas terapéuticas como la cardiovascular y las enfermedades metabólicas.

 

Capacidad competitiva

Gracias a estas «asociaciones» impulsadas por el Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade) en colaboración con otras instituciones públicas, Rogelio Pardo, responsable del Cluster de Biotecnología, estima que «tanto empresas privadas como universidades, centros de investigación, sociedades de desarrollo regionales y otros, preferiblemente de la misma zona geográfica, se benefician de sinergias y complementariedades para mejorar su capacidad competitiva y acceder a la participación en proyectos de ámbito nacional e internacional a los que de forma individual no podrían, así como a la financiación pública y privada». La industria biotecnológica es un objetivo estratégico para la región, y destaca por su capacidad de generar riqueza y empleo cualificado.

Las 25 empresas que configuran el Biocluster, fundamentalmente enfocadas hacia la salud humana, han demostrado su potencialidad en diagnóstico, enfermedades degenerativas del sistema central, como el parkinson o el alzheimer, y descubrimiento de fármacos contra el cáncer.

PharmaMar, filial del grupo Zeltia, es una de ellas. Su objetivo, según Carmen Eibe, directora del departamento de coordinación de proyectos biotecnológicos, «es establecer relaciones con gobiernos e instituciones locales para la exploración de la biodiversidad local y para la puesta en marcha de programas conjuntos de descubrimiento farmacológico y desarrollo clínico de compuestos contra el cáncer, contrayendo el compromiso de incluir un nuevo compuesto en desarrollo clínico cada dos años». En la actualidad, la compañía ha iniciado la primera fase de ensayos con un nuevo compuesto antitumoral.

Pero no todas son «grandes». Como en los clusters, en el Parque Científico Tecnológico que se ha levantado en Alcalá de Henares (Madrid), TecnoAlcalá, conviven gran variedad de empresas. Estas infraestructuras se configuran como «entornos en los que se ubican empresas de alta tecnología conectados con universidades, en este caso con la universidad de Alcalá de Henares, y persiguen la transferencia de tecnología y conocimientos que se producen en las universidades y en los centros de investigación, para que se creen servicios que den respuesta a los problemas de la sociedad», resume Federico Manrique, director gerente del parque.

El último en apostar por TecnoAlcalá ha sido Secuvita. La firma de servicios de conservación de células procedentes de la sangre de cordón umbilical ya ha comenzado los trámites para el traslado de sus oficinas y laboratorios a esta superficie, lo que ayudará a «agregar valor añadido a la compañía». Santiago Luengo, director general de la empresa, adelanta que el laboratorio «será acondicionado para almacenar los cordones umbilicales en España, para proceder a hacerlo en el momento en el que la legislación lo permita». Además, una vez instalada, Secuvita estará en disposición de iniciar, junto al Instituto Ramón y Cajal, un estudio sobre la esclerosis lateral amiotrófica, que se sumará a las investigaciones en las que ya participa y que están centradas en el infarto cerebral y la diabetes juvenil.

Además de TecnoAlcalá, la Comunidad de Madrid ha impulsado la creación de cinco parques científicos y tecnológicos con distintas especializaciones: la Ciudad del Conocimiento (Colmenar Viejo) –TIC y actividades productivas tradicionales–; Madrid BioParque (Tres Cantos) (informática, telecomunicaciones, electrónica e ingeniería); TecnoLeganés (investigación, TIC y materiales), TecnoGetafe (aeronáutica y aeroespacial) y TecnoMóstoles (industria tecnológica y energías renovables). Clusters y parques científicos y tecnológicos favorecen la aceleración de empresas de base tecnológica y ofrecen servicios de consultoría (propiedad industrial e intelectual), plan de rescate de empresas y servicio de implantación de metodología de innovación y asesoramiento fiscal en I+D+i.

«Turismo sanitario»

Los objetivos específicos de los clusters madrileños son diversos. El de Salud y Bienestar tiene como áreas de actuación «el empuje y el desarrollo de la capacidad que la Comunidad de Madrid tiene en lo relacionado con ensayos clínicos; potenciación del «turismo sanitario» en la región para atraer a pacientes; la consolidación de empresas que tras un periodo de desarrollo están en situación de salir al mercado internacional; y la interoperabilidad en el ámbito sanitario, de forma que se pueda intercambiar información para mejorar el servicio a los ciudadanos», enumera Lamas.

Por su parte, Rogelio Pardo cifra en cinco las principales líneas estratégicas del Cluster de Biotecnología: «favorecer la cooperación entre la empresa, la universidad y los gobiernos locales, regionales y nacionales; impulsar la internacionalización de los miembros en colaboración con Promomadrid; impulsar el conocimiento y la formación de las empresas y los profesionales que trabajan en ellas; ayudar en la localización de financiación pública y privada; y, finalmente, proporcionar a las empresas infraestructruras que les doten de un valor añadido, como los parques científicos y tecnológicos».

Los de Salud y Bienestar y el de Biotecnología no son los únicos que operan en Madrid. La Red de Parques y Clusters de la Comunidad está constituida por un total de seis parques científico y tecnológico y 11 clusters arropados por una infraestructura general que proporciona soporte tecnológico, financiero y de recursos humanos a aquellos proyectos que por su volumen exceden sus capacidades. Y todo con un único objetivo: encumbrar a Madrid entre las diez regiones más desarrolladas del mundo.

 

TecnoAlcalá: al servicio del desarrollo

Con el centro de I+D a nivel nacional de Cepsa y sus filiales químicas como bandera, el parque científico y tecnológico TecnoAlcalá (Alcalá de Henares) se ha convertido en un espacio de atracción de grandes, medianas y pequeñas empresas. Concebido por el gobierno regional como un espacio revitalizador del Corredor del Henares, en sus límites se acomodan una treintena de compañías pertenecientes a sectores biotecnológicos, farmacéuticos, químicos, TIC y de medio-ambiente. El parque se encuentra ubicado anejo al campus de la Universidad de Alcalá de Henares y a importantes centros de investigación, y cuenta también con instalaciones de investigación propias que dan servicios a las compañías, así como un vivero de empresas y otras infraestructuras. En sus instalaciones se aloja, asimismo, el centro de estudio del agua Fundación Imdea Agua.

Además, desde principios de 2009 el plan estratégico del parque incluye una línea de actuación centrada en actividades económicas relacionadas con la lengua española y la recuperación del patrimonio arquitectónico y artístico español.