Balón de Oro

Calderón se salva del KO

La Razón
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Ramón Calderón optó por la solución más razonable: dimitir. Él mismo se cavó la fosa. Un mandato que comenzó en los tribunales, por la anulación de miles de votos por correo, ha terminado por la presión mediática ejercida a consecuencia de la manipulación de la última Asamblea general. Calderón ha vivido sin disfrute a pesar de las dos Ligas que el club ganó bajo su mandato. La trayectoria del dimisionario no ha sido camino de rosas y puede afirmarse que muchos de los problemas que ha padecido han sido consecuencia de su errática dirección y la inconsistencia de algunos de sus principales colaboradores.
En su gestión ha cometido errores de todo tipo. Un día casi insultó a los jugadores y de Guti llegó a decir que a los treinta años seguía siendo promesa. Al gran patrón de la casa, creador de la potencia mundial que es el Madrid, el hombre que dejó la herencia que salvó a la entidad de los acreedores, don Santiago Bernabéu, se atrevió a descalificarlo llamándole holgazán y poco menos que había vivido del club.
No hubo charco que no pisara. No necesitó campaña de acoso y derribo para caer. Los argumentos en contra manejados por los medios informativos y opinión pública fueron causados por sus salidas de pata de banco. Gastó dinero inútil en determinados fichajes. Pagó por algunos auténticas fortunas cuando los mismos futbolistas estaban en el mercado por menos de la mitad de lo que costaron.
Se pasó el tiempo haciendo promesas de grandes fichajes. Tenía siempre en el pensamiento a Florentino Pérez, a quien deseaba epatar, y de ahí que creyera que él también podía fichar Zidanes, Ronaldos, Figos y Beckhams. Cada galáctico que pretendió contratar se le escapó entre los dedos. Sus últimos fracasos fueron sonados. Lo peor no fue que no lograra contratar a Cesc, Kaká y Cristiano Ronaldo, sino que ni siquiera pudiera fichar a Villa y Cazorla. Tal vez la prepotencia de su director deportivo, Pedja Mijatovic, impidió acuerdos.
A Calderón solamente le faltaban las últimas tormentas. Las declaraciones de la secretaria que denunció presuntos delitos económicos en los fichajes de determinados futbolistas puede que no sean la última de las películas, si finalmente la cuestión entra en terreno jurídico.
La Asamblea, que ganó miserablemente, encima estuvo amañada por algún chiquilicuatre a quien concedió toda clase de plácemes. La Asamblea, que podía ser impugnada, la ganó con 564 votos a favor, 514 en contra y 36 abstenciones.
El jueves se pasó el día deshojando la margarita. Finalmente creo que tomó la mejor decisión. En ocasiones como ésta sufre tanto la propia familia que aunque sólo sea por ella, lo mejor es arrojar la toalla. Es mejor perder a los puntos que por el K.O. que se le avecinaba.