Ministerio de Sanidad
Casi 28 millones de españoles no tendrán vacuna de la gripe A
Jóvenes y adultos sanos y ancianos se han quedado fuera de los planes de vacunación de Sanidad.
Madrid- Un 60 por ciento de la población, 27,6 millones de españoles no tendrán acceso a la vacuna de la gripe A. Ancianos, adolescentes y adultos sanos son los que hoy por hoy no están considerados grupo de riesgo y se quedan fuera de las previsiones de Sanidad.Las primeras vacunas llegarán entre octubre –según las previsiones más halagüeñas– y diciembre. En cualquier caso en ese momento se dispondrá de las primeras dosis, aunque no de las suficientes como para cubrir a toda la población de riesgo que se pretende. «Tardaremos tiempo en tener vacuna y tendremos pocas al principio», estima José María Bayas, presidente de la Asociación Española de Vacunología.España pretende vacunar a entre un 30 y un 40 por ciento de la población. Este porcentaje se decidió por los expertos de Salud Pública tomando como referencia los grupos de riesgo que se vacunan de la gripe estacional –no llega al 30 por ciento de la población– y se añadió un 10 por ciento más de reserva estratégica. Personal sanitario, embarazadas, niños de hasta 14 años, profesores y personas con enfermedades crónicas serán los primeros. De los que se quedan fuera de los planes de Sanidad, los ancianos parecen estar protegidos frente al H1N1. La hipótesis es que estuvieron expuestos a un virus similar hace décadas, en los 50, y tienen un cierto recuerdo inmunológico que frena la infección. Sin embargo, en los jóvenes sanos la enfermedad puede ser rápidamente letal. Un hecho que con la gripe común no pasa.Sin memoria inmuneAunque en este momento la mortalidad en jóvenes sanos es excepcional, ocurre. De las siete víctimas de la gripe A que contabiliza España, una era una mujer de 33 años sin problemas de salud previos. La hipótesis de por qué la gripe A puede ir peor en jóvenes es exactamente la contraria a por qué no va mal en ancianos: nunca han estado expuestos a un virus similar al H1N1 y no tienen recuerdo inmunológico que sepa cómo combatir la infección. En los jóvenes, la virulencia del virus puede más que las defensas del paciente, por lo que el H1N1 alcanza rápidamente los bronquios y alveolos pulmonares y degenera en una neumonía viral, de difícil respuesta al tratamiento, explica Antoni Torres, miembro de la Sociedad Española de Neumología (Separ). En este hecho radica una de las escasas estrategias preventivas de las que dispondrán los adultos sanos: el tratamiento precoz. «Los antivirales funcionan si se administran precozmente», dice Bayas y enfatiza la importancia de acudir al médico ante los primeros síntomas. Otras precaucionesAparte del diagnóstico precoz existen otras medidas para minimizar el riesgo de contagio: estornudar y toser sobre un pañuelo desechable y después desecharlo; lavarse las manos concienzudamente después de tocar superficies –barandillas, material,...– o estrechar manos que hayan podido «pasar» el virus; y evitar las concentraciones y las distancias cortas. Aun así, los jóvenes y adultos «sin vacuna» conseguirán cierto rédito si el porcentaje de población que finalmente se vacuna es alto. «Cuanta más población haya protegida, más se entorpecerá la circulación del virus y menos se transmitirá», razona Bayas.
AnálisisLa prisa, mala consejera para vacunar en un mundo que necesita un antídoto- ¿Cómo está la producción de la vacuna?–La vacuna pandémica se produce contrarreloj. Más apresurados serán los ensayos clínicos para probar su eficacia en humanos porque el mundo necesita urgentemente un antídoto contra la gripe. - Pese a las prisas, ¿será seguro el producto?–Las agencias regulatorias de medicamentos y productos sanitarios (la EMEA europea, la FDA estadounidense y, a nivel nacional, la Agencia Española del Medicamento) aprobarán el uso de la vacuna tras comprobar que es segura y eficaz. No obstante, la revista «The Lancet» ha advertido a todos los países de que hagan una estricta vigilancia de la evolución de los efectos de la vacuna una vez comenzada la campaña de vacunación, ya que la rapidez de su aprobación podría hacer pasar por alto los requisitos de seguridad y eficacia habituales.- ¿Será obligatorio vacunarse para la gente de riesgo?–No, ninguna medida puede ser obligatoria en un país democrático. Lo que está claro es que las personas que no pertenecen a la población de riesgo no podrán acceder a la vacuna.
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