Relación España/Venezuela

Chávez amenaza con actuar contra los bancos españoles si el Rey no se disculpa

La Razón
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CARACAS- El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, amenazó ayer con nacionalizar los dos bancos españoles que operan en el país, el Banco Provincial (BBVA) y el Banco Venezuela (Grupo Santander), si el Rey Juan Carlos no se disculpa con él por el incidente registrado durante la pasada Cumbre Iberoamericana.

Durante un acto de cierre de campaña para el referéndum sobre la reforma constitucional venezolana, Chávez anunció que su Gobierno está revisando los alcances de la presencia española en Venezuela y adelantó que las inversiones, especialmente las bancarias, no son necesarias para el país.

«Si no ocurre eso (la disculpa), no tengo nada que ver con el Gobierno de España y comenzaré a pensar entonces en las acciones que habría que tomar. Por ejemplo, los españoles compraron aquí unos bancos, a mí no me cuesta nada recuperar esos bancos y nacionalizarlos de nuevo y ponerlos al servicio del pueblo venezolano, no me cuesta nada», agregó Chávez, en alusión al Santander y al BBVA. Chávez reiteró que «la única manera de que esto se arregle» es que Don Juan Carlos pida disculpas «por haber agredido al jefe del Estado de Venezuela. «Yo por eso le vuelvo a decir al Gobierno español, que ha estado mandado mensajes por ahí, que nosotros pasemos la página, que olvidemos, ¡no!», concluyó Chávez.

El presidente de Venezuela dijo en el mismo discurso que cerrará canales de televisión, expulsará periodistas y detendrá la exportación de petróleo a EE UU, si el triunfo electoral que prevé obtener el domingo no es reconocido y se crea el caos en el país. «Se los juro por Dios y por mi madre que no se los vamos a permitir», subrayó en el discurso de cierre de la campaña a favor del «sí» a las reformas constitucionales que promueve y que pronunció ante decenas de miles de sus partidarios, concentrados en una amplia avenida del centro de Caracas.

Chávez repitió, una vez más, su denuncia de los últimos días sobre los «planes imperialistas y de sus lacayos de la oligarquía criolla», uno de los cuales atribuyó a la CIA de EE UU y denominó «Operación Tenaza», para crear violencia.

«Si el domingo gana el ‘sí', como todo lo indica, y la oligarquía (...) llega a desatar la violencia con el cuentico de un fraude (...), ministro (de Energía Rafael) Ramírez, el mismo día lunes, ordene usted que se detenga los envíos de petróleo a Estados Unidos», dijo. «¡Ni una gota de petróleo a EEUU!», en ese caso, reiteró y también ordenó a los militares que pongan «en marcha los planes especiales de protección» y tomen de inmediato los campos petroleros, junto a los trabajadores.

En la marcha de ayer estaban casi todos los que habían recibido algo del Estadao. Era hora de pagar. Las misiones bolivarianas –programas sociales a cargo del régimen chavista– emplean y subsidian al pueblo pero también crean dependencias difícilmente superables. En la marcha de ayer había gente becada, operada en Cuba, funcionarios petroleros y, en general, agradecidos del nuevo amanecer bolivariano. Gente sin recursos que marcharon con los nuevos ricos del organigrama rojo –burócratas y empresarios de la petrolera Pdvsa–. Escasa clase media, una de las más perjudicadas con las reformas oficialistas, y algunos estudiantes del interior. «Nosotros venimos en autobuses porque los pobres no tenemos carros para venir como los niños ricos de ayer», dice Luis Méndez, estudiante. Hace varios días que la oposición acusa al Gobierno de volcar toda su maquinaria en la marcha roja. «Les dan un plato de comida y les convencen para que se vayan un día de excursión a la capital. También utilizan métodos de presión cubanos, como las listas de trabajo», comentó este diario Óscar Pérez, líder opositor del Comando Nacional de Resistencia.

De vuelta a Avenida Bolívar, camisas rojas con el «Sí» estampado, gafas de sol y discursos adoctrinados llenos de consignas bélicas que solían acabar bajo el grito de «socialismo, patria o muerte». Destacaban también las representaciones del máximo líder inmortalizado en muñecos como los famosos «chavitos», otros hinchables a tamaño natural o de cartón, con piernas extensibles y control remoto. Cuando caía el sol, el presidente se encaramó al escenario y, tras maltratar a la audiencia con unos improvisados villancicos, dijo que el referéndum supone un plebiscito hacia su mandato. «Los que votan por el ‘‘Sí"votan por Chávez, los que no, votan en mi contra, o peor, apoyan a Bush. Eso hay que dejarlo bien clarito, rojo rojito» dijo el presidente Chávez. También volvió a insistir en que si el Rey de España «no se disculpa» por el «incidente» de la cumbre de Chile, él no tendrá «nada que ver» con España.