Cómo va su vida sexual

Ríos de tinta se han dedicado a los problemas de la alcoba y a los «remedios» para ponerles solución. Demasiada literatura que carecía de cierto rigor médico-científico y que muchas veces inducía a confusión al paciente-lector que se acercaba a ellos con la esperanza de encontrar una respuesta al «problemilla» que le impedía dar la talla en la cama.La propuesta de Juan Carlos Ruiz, especialista en Urología y director del Instituto Urológico Madrileño, «Potencia tu vida sexual. Consejos de un médico», puede considerarse la primera aproximación seria a la hora de abordar temas sexuales con criterios científicos y médicos, con el fin de prevenir también su aparición.

Un par de apuntesTodo debe empezar en mantener uno mismo buenos hábitos saludables. «Para empezar a disfrutar en la cama hay que practicar ejercicio físico de forma regular. Además, la mujer debe poner en forma su "musculatura sexual"a través de los ejercicios de Kegel», apunta Ruiz en el libro.Si, además, se busca maximizar los resultados en el manual se destacana algunos alimentos que deberían encontrarse en el menú «vigorizante»: como la patata, el marisco, las nueces y el vino, el zumo de granada, la soja y el chocolate entre otros. Además, en esta dieta se debe evitar el exceso de sal, el abuso de alcohol y las grasas.Pero sin duda, dado que el sexo comienza en el cerebro, la estimulación de determinadas sustancias como la dopamina y las endorfinas. «El buen humor y la sonrisa favorecen a la secreción de las segundas, que potencian la sensación de bienestar», sostiene Ruiz en sus páginas. Y, si nos metemos ya en «faena», se deberá tener en cuenta primero, como manifiesta un dicho popular las diferencias entre géneros: «a la hora de mantener una relación íntima la mujer necesita un motivo el hombre sólo un sitio». Así, queda patente que un hombre es más primario y una mujer más cerebral cuando deciden «ponerse manos a la obra».

Sin tapujosPara el autor, lo más importante es «destaparse», decir adiós a los tabúes, pero no sólo en el caso de los pacientes, sino también de los médicos. «En una consulta rutinaria no basta con preguntar por la tensión o si tiene algún otro problema de salud. Hay que preguntar directamente sobre cómo va su vida sexual y si ha notado algún cambio últimamente», subraya el urólogo.Y para liberarse, nada mejor que la llegada del verano, y de las vacaciones, cuando el deseo sexual aflora con más fuerza. «En las épocas estivales se goza de más tiempo para "ejercer"estas tareas, que la rutina diaria y el estrés del trabajo parecen anular el resto del año. Por ello no debe desaprovecharse la ocasión para retomar las relaciones sexuales, que en muchos casos no se llevan a cabo por otros motivos, como una disfunción enmascarada con la presión del trabajo y el día a día, y que, en realidad, sirve para comprobar si persiste o no». Otra de las «sorpresas» que se destapan lo constituyen las peticiones femeninas de soluciones a sus problemas de falta de deseo sexual. Como explica Ruiz, «la mujer se ha liberado y busca poder satisfacer no sólo a su pareja sino a ella misma y por ello demanda medicamentos para poner remedio a esta alteración». De ahí, que en su libro dedique un capítulo a parte a los afrodisíacos, esas grandes «tablas de salvación» que más de uno ha intentado emplear para «encender el fuego» en sus relaciones.

Primera obra que habla directamente al paciente

Sencillo y directo. La disfunción eréctil, pasando por la falta de deseo sexual femenino y la eyaculación precoz constituyen el grueso temático del libro, que cuenta, además, con un espacio para preguntas y respuestas y un capítulo al mito de los alimentos afrodisíacos. Hasta ahora, ningún médico había dedicado un ensayo directamente a sus pacientes y la literatura existente carecía del rigor que un profesional de la medicina sexual podía aportar. El manual sirve, además, de recopilatorio histórico de la sexualidad ya que, a través de pequeñas anécdota,s uno se va dando cuenta de cómo ha evolucionado la esfera sexual del hombre con el paso del tiempo. Todo ello aderezado con consejos y datos científicos que certifican la rigurosidad de la publicación.