Con el barça

Todos los catalanes, excepto centenares de periquitos, una parte importante de españoles, sin contar a los madridistas más acérrimos, y un buen número de quienes creen que un equipo, el que sea, representa al fútbol español, desearán el triunfo del Barça. En ocasiones como ésta se leen y oyen arengas tiznadas de patriotismo con el pretexto de justificar el anhelo de que gane el equipo español. En el fútbol no suele haber hermandad general. Aquí, y en cualquier país, priman las querencias personales. El Manchester ten- drá a su favor a miles de españoles y algunos, si se les pregunta, responderán educadamente que quieren la victoria española. Hay quienes entienden que las actitudes del presidente del Barça, sus tendencias nacionalistas, restan adhesiones. Es posible que manifestaciones como las que hemos vivido recientemente, protagonizadas por dirigentes políticos y futbolísticos, hayan favorecido animadversiones que no existían. No es todo. El fútbol ha dividido siempre a los españoles y no ha sido exagerado afirmar que Barça y Madrid representaban las dos Españas. Suele olvidarse que las mismas polémicas existieron desde el comienzo de los campeonatos. Desde mi punto de vista, es deseable que gane el mejor, o sea, el Barça, que ha practicado un fútbol mucho más imaginativo y estético que el Manchester United.