Conrad Murray toca fondo

Todos los ojos siguen clavados en la eterna sonrisa de anuncio de dentífrico de Conrad Murray. El médico de Michael Jackson tiene que hacer frente a una abultada deuda de más de 770.000 dólares; además, su lujosa casa de descanso en Las Vegas está a punto de ser embargada porque desde el pasado mes de enero no paga los 15.000 dólares mensuales que debía desembolsar como pago por su hipoteca, según se desprende de una serie de documentos judiciales que salieron a la luz el pasado viernes. Murray comenzó a trabajar para Jackson en mayo (ya entonces su panorama financiero amenazaba con empeorar), después de que la Corte le reclamara más de 363.000 dólares que adeudaba en equipos para su clínica cardiológica. También se le ordenó pagar 71.000 dólares atrasados por préstamos estudiantiles que datan de los años 80. Y eso no incluye los 68.000 que debe al distribuidor de una bebida energética. Carrera truncadaY es que Murray parecía incapaz de resolver deudas más modestas, como 3.700 dólares por no pagar una manutención infantil y dos recientes quejas de compañías de tarjetas de crédito que ascienden a 2.600. La mansión de Murray, de casi 500 metros cuadrados, próxima al hoyo 18 de un campo de golf, está en «pre-ejecución hipotecaria» por no poder pagar su préstamo de 1,66 millones de dólares según aparece en los documentos. Su abogado, Ed Chernoff, ha manifestado que el facultativo no recetó nada que «haya podido matar a Jackson». Ni el cantante ni AEG Live, promotora de los conciertos en Londres, le pagaron a Murray los dos meses que trabajó para el astro del pop, según Chernoff. «El Dr. Murray no podrá ya ganarse la vida como hacía antes a raíz del caso Jackson», dijo. «Ahora, su deseo es hacer frente a la hipoteca sobre su vivienda hasta que pueda volver a ejercer la medicina», aseguró.

Boca cerrada Nada hacía presagiar nubarrones en el horizonte médico de Conrad Murray. Desde que Jackson murió el 26 de junio, el doctor más buscado del planeta ha decidido no hacer declaraciones en público. Sus labios están sellados salvo para la Policía.