Alimentación

Crean una horchata con bífidus activos de chufa 100% vegetal

Investigadores del CSIC han desarrollado productos lácteos con propiedades beneficiosas para la salud. Son la alternativa a las leches fermentadas y, además, tienen más sabor. 

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Parece una horchata de chufa, tiene la consistencia cremosa, el olor… Sin embargo, es una bebida funcional que poco o nada tiene que ver con la tradicional. «Hemos desarrollado un producto natural, de excelente sabor y mínimos aditivos con un alto valor funcional», comenta Jose Luis Galán, director del proyecto de Bioempresa, AFT, que se refiere a una bebida fermentada con bífidus activos de chufa, cien por cien vegetal, sin gluten, lactosa ni leche.
AFT, o Alimentos Funcionales de Origen Tradicional, es la empresa que ha dirigido su hacer a conseguir productos procedentes de alimentos vegetales típicamente mediterráneos, revalorizándolos y reforzando sus beneficios para la salud a través de la investigación. «Tras de diversos proyectos de investigación en curso, hemos desarrollado variantes y nuevos productos y tratamos de consolidar sus beneficios para la salud. Es previsible a medio plazo la exploración de otras áreas de negocio conectadas con la alimentación, como agroindustria, biotecnología y cosmética», explica Galán. El proyecto presentado por AFT ha sido uno de los premiados por la Fundación Bancaja Jóvenes Emprendedores y es consecuencia de un trabajo de investigación llevado a cabo en el grupo de Bacterias Lácticas, del departamento de Biotecnología, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (CSIC). El director de este proyecto e Investigador Científico del CSIC, Gaspar Pérez Martínez, es el otro pilar donde se asienta AFT. Ambos persiguen situarse dentro del sector de los alimentos funcionales con este tipo de productos «nutricionalmente completos, que pueden ser una buena alternativa a las leches fermentadas comerciales, así como a frente sustitutivos de lácteos, fundamentalmente bebidas de soja, que cuentan con un fuerte arraigo en la tradición mediterránea», sostiene Galán y añade que entre los productos diseñados, «por sus propiedades y sabor, cabe distinguir los derivados de horchata de chufa y los de frutos secos, como almendra y avellana».
En cuanto a las propiedades beneficiosas que, como alimentos funcionales procuran, el equipo de AFT, destaca que, aunque no son lácteos, «previsiblemente nuestros productos fermentados comparten lineales y estanterías con los denominados lácteos fermentados "funcionales», lo cual ya define su mercado y la competencia. Se trata de productos que contienen bacterias probióticas (como bífidus) o a los que se ha añadido principios activos vegetales (benecolâ, tonalinâ, soja, aloe vera, etc.) que reportan beneficios para la salud», continua Galán. «Este es un mercado con competidores muy fuertes, pero nuestros productos ofrecen una alternativa nueva de sabor e ingredientes en el mundo de los yogures funcionales», añade.