Barcelona
Crecen un 66% las peticiones de ayudas a Cáritas en un año
La actual situación de crisis económica y precariedad laboral está provocando una demanda récord de ayudas de personas con dificultades a Cáritas de Barcelona. La entidad presentó ayer su memoria del año 2008, pero avanzó que desde el 1 de enero hasta el 31 de mayo del presente año, han recibido 30.000 llamadas de auxilio, una cifra superior a la de todo 2007.
La responsable de la Gestión Social de Cáritas, Mercè Darnell, detalló que de estos 30.000 demandantes de 2009, un 40 por ciento acudieron por primera vez a la entidad. Los perfiles de estas personas que están pidiendo ayudas son, básicamente, familias con hijos, madres monoparentales e inmigrantes sin trabajo que están al límite de entrar en el umbral de la pobreza.
Por si fuera poco, el informe de 2008 de Cáritas indica que, respecto a 2007, crecieron un 66 por ciento las demandas de ayudas económicas, en el conjunto de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa. Fueron 45.058 solicitudes en total. Se rompió una tendencia habitual en los últimos ocho años, en los que había una mayoría de peticiones de inmigrantes. De 2007 a 2008, se duplicaron las demandas de ayudas de españoles, pasando a ser 14.125.
Hipoteca y alquiler
Entre los problemas por los que se solicitaron ayudas a Cáritas, destaca con diferencia el de la vivienda. Esto incluye las dificultades para afrontar la compra de un piso o el pago mensual del alquiler. Dentro de estos casos, destacan los de personas que viven en una habitación en un piso compartido, por la que pagan hasta 400 euros mensuales.
Otros de los principales motivos de las peticiones de ayudas son los alimentos y el material escolar. Darnell alertó que «incluso personas que cobran entre 1.500 y 1.800 euros mensuales nos piden ayuda para comprar alimentos, debido a que les cuesta pagar sus hipotecas».
El ritmo de solicitudes de ayudas a Cáritas es tal que la entidad tiene previsto repartir hasta tres millones de euros a finales de 2009. El director de Cáritas, Jordi Roglà, encendió la alarma. «Tenemos más demandas que nunca, hay angustia y sufrimiento emocional». Roglà fue más allá e incluso alertó de «la crisis económica puede provocar la ruptura de la cohesión social y la convivencia, los pobres son cada vez más pobres y existe la tendencia de culpar de todo a la población inmigrante».
Roglà señaló que «es el momento para un pacto entre los partidos políticos y los agentes sociales para solucionar esta situación, para abordar los procesos de exclusión».
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