Cuestión de piel

De verdad que detesto estas frases tan manidas, como la que da título a estas líneas de hoy, pero es que me gustaría apuntar algunos datos sobre esas fibras nerviosas codificadas para el placer que cada uno de nosotros llevamos estampadas sobre la superficie de nuestro físico, sobre nuestra corteza.Y es que todo color, todo sabor, todo sonido, toda percepción exterior es una pura fantasía de nuestro cerebro, que recibe una serie de impulsos y los califica como mejor le parece, tratando de percibir una mayor cantidad de sensaciones agradables.En el caso de la piel la naturaleza nos ha proporcionado una serie de terminaciones sensibilísimas localizadas, ¡ay!, en distintas partes en cada persona, por eso, al inicio de cada relación se procede a un aprendizaje -no explícito-, de la geografía placentera en el cuerpo del otro para llegar así a una compenetración que haga cada vez más sólida la unión en el terreno sexual.Pero una caricia efectiva no se logra así como así, y una bien dada preserva del fracaso a una relación, según científicos que han estudiado los mecanismos del comportamiento, que están presentes para asegurar que las relaciones perduren.Ahora, bien, ¿somos lo bastante listos como para aplicarlo cada día a nuestra vida de pareja? He ahí el quid de la cuestión.