Eutanasia

Cuidado con él

La Razón
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El doctor Montes ha experimentado un nuevo revés judicial. Me intriga lo de este hombre. Abundante melancolía se escapa de su expresión. Sus compañeros de profesión le acusaron de mala «praxis», y en lugar de arrepentido, se muestra enfadado. El socialismo y el comunismo de Madrid están con él. Para mí, que el doctor Montes es una victima de la Izquierda madrileña, que necesita un clavo ardiente para agarrarse a él. No tienen a nadie, y al paso que llevan unos y otros, me da por presentarme a unas futuras elecciones y me los paso por la refajera. Sólo me preocupa de Montes su afán de notoriedad. Le encanta salir en la prensa retratado con su bata blanca y su rostro de congoja contenida. Mira mucho hacia el suelo. No es un luchador en solitario contra una supuesta injusticia. Es el instrumento político de unos incompetentes que pierden votos todos los días. Pero ahí está. Cualquier día Zapatero nos anuncia que el candidato del PSOE para las próximas elecciones autonómicas en Madrid es el doctor Montes. Más gancho que Gómez tiene. Cuidado con él. De cualquier forma, uno intuye al doctor Montes más cómodo en otros ámbitos. El cine, por ejemplo. Su aspecto es distinguido y su permanente desazón ha marcado su rostro con la bella destrucción que produce la perplejidad constante. Interpretaría admirablemente los papeles dramáticos. El del padre de un «maquis» que se une a su hijo en la lucha serrana y renuncia a disparar contra un guardia civil porque se cruza de improviso un precioso venado. El padre del «maquis», buenísima persona y amante de la naturaleza, precursor del ecologismo «sandía», prefiere ser detenido antes que disparar contra el ciervo. El malvado guardia civil, en lugar de agradecerle el detalle, lo detiene y Franco, personalmente, acude hasta el lugar para ajusticiarlo. Un extracto del extraordinario guión, que podría escribirlo la señora González-Sinde, y le brindo la idea.Montes sería un gran actor. No de comedia, que hasta ahí podíamos llegar. Pero un melodrama lo bordaría. También, en este supuesto, cuidado con él. El doctor conoce todos los trucos para convocar a la prensa, y a los pocos meses de formar parte de «La Cultura», alcanzaría, sin duda alguna, la presidencia del Sindicato de la Ceja. Un diálogo trascendental entre dos personajes representados por el doctor Montes y Federico Luppi nos emocionaría a todos. Dejaría en ridículo a Peter O´Toole y Richard Burton en «Beckett», por poner una muestra brillante. El transcurrir de la vida cierra unas puertas y abre otras tantas. Sin pretenderlo, el doctor Montes se ha convertido en un encomiable actor. No descarto la posibilidad de que salte el charco y se afiance en Hollywood. En tal caso, le recomendaría que adaptara su nombre y apellido al inglés. No suena mal. Lou Mounts. Triunfaría. Sin saberlo, ha conseguido superar a una buena parte de los malísimos actores españoles. Sus directores y realizadores sólo le tienen que indicar que actúe con naturalidad, que se mueva ante las cámaras como lo hace en su vida. Sería grandioso. El único detalle triste es que le quitarían la calle a Pilar Bardem para dedicársela a él. «Calle de Lou Mounts». Me gusta.