Decretan prisión provisional para el segundo violador del Eixample

El juez decretó a última hora de ayer prisión provisional sin fianza para Alejandro Martínez Singul, conocido como el segundo violador del Eixample. Fue detenido anteayer después de dos supuestos nuevos intentos de agresión sexual a dos mujeres en Barcelona. Se da la circunstancia de que, además, está a la espera de una sentencia por masturbarse ante una joven en un tren.

La Fiscal jefe de Cataluña, Teresa Compte, había anunciado por la mañana que pediría cárcel provisional para Martínez Singul en el caso de que las dos últimas víctimas le identificaran ante el juez. No hizo falta.

«Indicios suficientes»

El titular del juzgado de instrucción número 3 de Barcelona decidió no esperar a este reconocimiento. En su interlocutoria, indicó que «hay indicios suficientes para decretar su ingreso en prisión». Según explicaron fuentes judiciales, el juez consideró que «existe el riesgo de que pueda influir a las mujeres agredidas en la identificación». Otro motivo, añadió el magistrado, es el «elevado riesgo de reincidencia». El intento de delito sexual está penado entre seis meses y un año de cárcel.

Es la tercera vez que Martínez Singul supuestamente reincide después de que saliera de la cárcel en 2007, tras ser condenado a 16 años por diez violaciones probadas anteriores a 1992. Tras la excarcelación, fue detenido por exhibicionismo ante una menor en Perpiñán (Francia), y cumplió una pena de nueve meses.

Tras salir de la cárcel, Martínez Singul no tardó ni un mes en masturbarse ante una joven. En el juicio, la víctima sufrió una crisis nerviosa y no le reconoció. A la espera de esta sentencia, supuestamente intentó abusar de dos mujeres mayores de edad en el Eixample, su campo de acción.

Los nuevos delitos reabren el debate sobre la vigilancia de presos peligrosos una vez excarcelados, ya que ningún psicólogo considera que Martínez Singul esté rehabilitado. Compte denunció que las actuales medidas son «insuficientes, la Fiscalía ya apostó por introducir reformas legales que permitieran penas complementarias, como la vigilancia tras el excarcelamiento».