Atenas
Del Bernabéu a Stamford Bridge
El Barça se juega la clasificación para la final de la Liga de Campeones ante el Chelsea cuatro días después de golear al Madrid / Guardiola duda con la defensa y Hiddink confiesa que no duerme
Dice Hiddink que no duerme desde que vio el 2-6 con el que se exhibió el Barcelona en el Santiago Bernabéu. El holandés es un viejo zorro. Ya lo hizo en la ida. Se dedicó a lanzar flores al Barça y a Guardiola para después arrancar un empate sin goles del Camp Nou con un planteamiento ultradefensivo. Esta noche necesita que su equipo marque. Pero eso no significa que el Chelsea vaya a salir al ataque, aunque jue- gue en casa.Hiddink conoce perfectamente las virtudes del Barça y no dejará una sola grieta en su retaguardia para que Messi, o cualquier otro, hagan sus diabluras. Sabe que un empate con goles clasifica a los azulgrana y el 0-0, al menos, le garantiza una prórroga. Hiddink se sentaba en el banquillo del PSV campeón de Europa en 1988. No ganó un solo partido desde octavos de final. Pero se llevó el título. Se las sabe todas.El choque, la vuelta de unas se- mifinales de «Champions», también supone un nuevo reto en la breve, pero intensa, carrera de Pep Guardiola como entrenador de primer nivel. Ante todo, el técnico ha tenido que trabajar a nivel psicológico con sus hombres para frenar el clima de euforia que se respira en el vestuario desde el 2-6 del Bernabéu. Su discurso prudente ha calado entre sus jugadores y le ha funcionado hasta ahora. Pero hoy afronta un examen en el que no hay septiembre. O se aprueba o a la calle.A nivel táctico, el de Santpedor también tiene trabajo. Con Henry, que será duda hasta última hora, la cosa está clara. Si no puede jugar, Keita entrará en el medio campo e Iniesta avanzará su posición. Pero los problemas llegan en defensa. Márquez está lesionado y Puyol vio una amarilla en la ida que le impedirá saltar al césped de Stamford Bridge. El capitán, eso sí, estará en la grada animando como un «culé» más.Sin dos de sus referentes en defensa, Guardiola debe tomar una decisión. Poner a Cáceres en el centro de la defensa, un jugador en el que no confía y que ha jugado muy poco esta temporada, o a Abidal, que suele actuar como central en la selección francesa. Si opta por el francés, Sylvinho sería el elegido para el lateral izquierdo. Pero tome la decisión que tome, Guardiola corre mucho riesgo. Enfrente tiene a un equipo al que le gusta salir rápido al contragolpe y cuya mayor virtud es el mayor defecto de este Barça, las jugadas a balón parado. Con una defensa de circunstancias, la ventaja del Chelsea puede ser aún mayor.El Barça juega también su baza emotiva. Londres le trae buenos recuerdos. El Big Ben vio cómo Alexanco levantaba la primera Copa de Europa del club en Wembley. Y Buckingham escuchó có- mo el Barça de Rijkaard salía victorioso de Stamford Bridge en su camino hacia la final de París. Londres puede ser hoy la última escala azulgrana hacia Roma.Berna, Sevilla, Londres, Atenas, París y... RomaEl Barça busca su sexta final de la máxima competición continental. Jugó dos de la antigua Copa de Europa y ha disputado tres de la Liga de Campeones. Los azulgrana perdieron ante el Benfica en Berna (1961), ante el Steaua de Bucarest en Sevilla (1986) y ante el Milan en Atenas (1994). Y se adjudicaron las ediciones de 1992, en Wembley ante la Sampdoria; y la de 2006, ante el Arsenal en París.En todas sus apariciones en la final, el factor Camp Nou ha sido decisivo. La posible clasificación del Barça en el campo del Chelsea sería histórica. Los azulgrana accedieron a las finales de 1986, 1992, 1994 y 2006 jugando la vuelta de las semifinales ante su público.Hay que remontarse hasta el 3 de mayo de 1961 para ver al Barça pasar a una final lejos del calor de su afición. Fue en el estadio de Heysel, en Bruselas, ante el Hamburgo, después de que los azulgrana remontaran el 2-1 de la ida en el Camp Nou (1-0), forzando el desempate. Los goles a domicilio no valían doble.
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