Valencia

Demuestran la relación de la flora intestinal con la enfermedad celíaca

Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Valencia han demostrado por primera vez la relación de la flora intestinal con la enfermedad celíaca, al confirmar que los celíacos presentan una mayor concentración de bacterias perjudiciales en la microflora de su intestino. Según un comunicado del CSIC, este estudio, que aparece publicado en el último número de la revista 'GUT', ha sido dirigido por la investigadora Yolanda Sanz y permitirá restablecer el equilibrio intestinal de los enfermos celíacos mediante dietas específicas y mejorar la calidad de vida de los afectados por esta dolencia de carácter autoinmune que provoca intolerancia al gluten. Según el CSIC, los análisis microbiológicos han demostrado que la microflora del intestino de los celíacos presenta una mayor concentración de bacterias potencialmente perjudiciales, bacteroides y enterobacterias, y una reducción de bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias. "El restablecimiento de la composición de la microflora intestinal tras la dieta sin gluten tan sólo es parcial, lo que demuestra que las alteraciones microbiológicas no son sólo una consecuencia secundaria del proceso inflamatorio asociado a la fase activa de la enfermedad", ha señalado la investigadora del CSIC. Asimismo, se han identificado factores de virulencia en enterobacterias que colonizan el intestino de los pacientes celíacos, que sugieren su participación en el proceso de patogénesis (origen y desarrollo) de la enfermedad celíaca y que se puede sumar a los efectos tóxicos del gluten. Los investigadores del CSIC en Valencia han evaluado la capacidad del intestino delgado de los pacientes celíacos para degradar el gluten. Según Sanz, "contrariamente a lo esperado, las muestras de duodeno de los celíacos mostraron mayor capacidad para degradar la gliadina, una de las proteínas que componen el gluten, que la de los individuos sin intolerancia al gluten, consecuencia de la actividad de la flora bacteriana de estos pacientes". Esta degradación parcial de la gliadina podría dar lugar a la generación de fragmentos peptídicos nocivos para el celíaco, según la investigación. Junto al equipo de Sanz, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC, en Valencia, han participado en el estudio investigadores del Instituto de Biología y Genética Molecular, centro mixto del CSIC y de la Universidad de Valladolid. Investigaciones previas realizadas por el grupo de Sanz también han demostrado que, antes y tras seguir una dieta exenta de gluten, la microflora de pacientes celíacos estimula la síntesis de moléculas pro-inflamatorias en células del sistema inmune en mayor grado que la de individuos sanos. Por tanto, el desequilibrio en el ecosistema intestinal podría favorecer el proceso inflamatorio asociado a la enfermedad en la mucosa intestinal del celíaco. Según Sanz, el uso de bacterias probióticas podría contribuir a "mejorar el tratamiento y estado de salud de la población celíaca", y ha señalado que su grupo de investigadores ha desarrollado dos patentes basadas en la selección de estas bacterias.