Macroeconomía

Discurso presidencial para los malos tiempos y contra el pesimismo

La Razón
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- ¿Tiene Obama razones para hablar de esperanza?–Sí. Aunque las señales de mejora son leves y no sirven para indicar el final de la crisis, sí que permiten tener esperanza en que la caída comienza a frenarse. - ¿Trata sólo de justificar su política económica? –No serviría de gran cosa hacerlo. Los mercados, que ayer dieron por agotados los buenos resultados bancarios y prefirieron escuchar los malos datos del mercado minorista, le dejarían enseguida al descubierto.- ¿Acabará pronto la crisis? –No y por eso el presidente Obama insiste en recordar que aún queda un camino doloroso de paro y recesión económica. - ¿Por qué hablar entonces de signos de esperanza?–Por la propia fragilidad de los mercados. El pánico es el peor enemigo de la economía. Como demostró la quiebra de Lehman Brothers, es mejor intervenir que permitir la extensión de la incertidumbre.- ¿Servirá de apoyo a la economía el discurso presidencial?–No bastará con un discurso. Obama debe empeñarse ahora en aplicar su plan para, con los primeros resultados, multiplicar el optimismo y avanzar en la recuperación.