Dos figuras

La locura del Madrid-Getafe deja dos figuras para la polémica: Pepe y Casquero. El madridista, a quien se le habían visto ya detalles poco ortodoxos que los árbitros habían dejado pasar, ofreció en el momento clave la peor imagen de un deportista. Casquero en el instante decisivo, cuando se podía afirmar la victoria, lanzó el penalti como si no hubiera tenido intención de transformarlo en gol. Casillas, con buen criterio, dijo de su compañero que la acción de patear a Casquero cuando estaba en el suelo, y el árbitro había señalado penalti, no es propia de un jugador del Madrid. Aunque la historia pueda demostrar que acción como la vivida no es nueva porque todo tiene antecedentes, todos ellos repudiados, es evidente que reacción tan violenta no debe protagonizarla nadie que pise un campo de fútbol y vista la camiseta de un club tan ejemplar en tantos aspectos como el Madrid. El equipo ganó tres puntos que le permiten mantener viva la ilusión por ganar el campeonato. El triunfo puede ser catalogado de pírrico, si se tienen en cuenta las sanciones que recaerán sobre Pepe e Higuaín, la de éste es pura acumulación de tarjetas, y la novena lesión de Robben. El Comité de Competición, por blando que sea, tendrá que aplicar el reglamento y Pepe, de palabra y obra, sumó partidos de sanción. Casquero pasará al grupo de autores de goles que nunca fueron. Tirar al estilo Panenka no fue falta de respeto como dice Juande, sino estupidez. En otras circunstancias habría parecido hasta sospechoso.