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«El aborto es un derecho y será gratuito para que se pueda ejercer»

Trinidad Jiménez / ministra de Sanidad y Política Social

«El aborto es un derecho y será gratuito para que se pueda ejercer»
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MADRID- El primer mes de Trinidad Jiménez como ministra de Sanidad y Política Social no ha podido ser más ajetreado. Empezó por la Ley de Dependencia, su gran prioridad por encargo de Zapatero, pero se le vino encima una amenaza de pandemia de gripe. Ahora que la situación se estabiliza también tiene que centrarse en proyectos inminentes. El más cercano, la Ley del Aborto.

 

–Recién llegada al Ministerio se encuentra con una amenaza de pandemia. ¿Cómo ha sido la experiencia?

 

–Cuando la OMS nos lo comunicó lo primero fue activar el plan ante una pandemia de gripe. Ya teníamos todos los protocolos, por la gripe aviar. Actué con mucha seguridad porque tengo un muy buen equipo, y también con transparencia. Para no generar incertidumbres había que informar a la población. La situación ha sido preocupante, por la cierta gravedad, pero, por otro lado, ha sido una experiencia interesante desde el punto de vista de la gestión.

 

–¿Se imagina una crisis sanitaria como ésta sin un Ministerio de Sanidad?

 

–Siempre he defendido que el de Sanidad es un ministerio de referencia. Jamás me he planteado su desaparición. A los que han dudado y se han preguntado por la utilidad del Ministerio les quedarán pocas dudas después de haber visto nuestro papel en esta crisis. Uno de los papeles fundamentales del Gobierno, en un Estado autonómico, es el de coordinación. Una de nuestras grandes conquistas es el derecho universal a la salud, y sólo lo puede garantizar el Estado. Además, Sanidad tiene muchas competencias, como la política de Farmacia.

 

– España se ha convertido en el cuarto país con más casos, ¿seremos los más afectados en caso de pandemia?

 

–Hay razones que lo podrían explicar. Una es la misma que para Estados Unidos: la intensidad de las relaciones con México es mayor que en el resto de países. Tenemos un nivel de intercambio de vuelos diarios que apunta a esto. La segunda razón es que hemos activado un protocolo de detección precoz de una extraordinaria precisión y rapidez. Todos los casos posibles que hay están controlados y los conocemos. Y ninguno está hospitalizado. Hemos dado una respuesta muy rápida y no sólo les hemos dado tratamiento inmediato a los afectados, sino a sus familias y a sus allegados, por lo que hemos evitado muchos contagios. Ha sido muy eficaz y la situación clínica es muy leve. En todo caso, tenemos activados todos los planes necesarios para cualquier eventualidad. España no será el país más perjudicado porque todos los casos están controlados. Cuando llegue el otoño veremos cuál es la situación.

 

–¿Qué pasará si la OMS decreta la alerta 6?

 

–No significará que el virus sea más agresivo ni que haya más casos, sino que hay más focos en el resto del mundo. Serán las autoridades sanitarias las que tengan que tomar medidas para evitar el contagio, porque nosotros ya hemos tomado todas las medidas posibles.

 

–¿Hay posibilidad de que se restrinjan los viajes?

 

–No en este momento. Los científicos creen que no sería eficaz. Lo que hay que hacer es reforzar el control de salida en países que son focos importantes.

 

–¿Cómo valora las declaraciones contradictorias de la OMS sobre la carne de cerdo?

 

–No ha habido formalmente por parte de la OMS ninguna recomendación que nos hiciera pensar que había algún riesgo, más bien al contrario: el contagio es entre humanos y por el aire. Ha habido unas declaraciones sobre el potencial riesgo, no de la directora, sino de otra persona. Nos parece totalmente injustificado, inapropiado y alarmista hablar del potencial riesgo. Incluso Rusia ha modificado su decisión prematura de vetar los productos españoles, porque la medida no tenía base científica.

 

–¿Aumentará la reserva de antivirales?

 

–Tenemos 10 millones de tratamientos, que son más que suficientes. Pero ya hemos entrado en contacto con laboratorios para que, si necesitamos adquirir más, lo podamos hacer de inmediato.

 

–Otro asunto polémico: ¿mantendrá el Gobierno la propuesta para que las jóvenes de 16 años puedan abortar sin permiso de sus padres?

 

–Sí, se mantiene como propuesta, aunque el Parlamento tendrá la última palabra. Las mujeres jóvenes pueden tomar la decisión de manera autónoma. Lo ideal es que tengan el apoyo de sus padres. Pero, ¿qué ocurre si sus padres mantienen una opinión diferente a la de la hija? Eso es lo que quiere contemplar la ley. Tiene que primar el derecho de la mujer a decidir. Imagínese que los padres aconsejan a la menor abortar y ella no quiere. Muy poca gente dudaría de la madurez de la niña para poder decidir. De lo que se trata es de preservar la independencia de la mujer. La interrupción del embarazo siempre entraña un drama, pero hoy, de hecho, ya toman la decisión con independencia de sus padres. Queremos darle seguridad clínica y legal, no es que queramos incitar a las jóvenes.

 

–La Ley del Aborto irá acompañada de una Estrategia de Salud Sexual. ¿Se financiarán los anticonceptivos y la píldora del día después?

 

–Lo ideal es que no se produzcan embarazos no deseados. Queremos garantizar que las jóvenes accedan a los anticonceptivos, así que habrá un paquete de medidas.

 

–¿La interrupción del embarazo será gratuita?

 

–Sí, la actual ley también lo contempla, y ahora lo vamos a garantizar aún más, o bien en los hospitales públicos o a través de conciertos. Es un derecho y tenemos que garantizar que se pueda ejercer.

 

–La Ley de Dependencia era su prioridad. ¿Cómo solucionar las desigualdades entre comunidades autónomas?

 

–Existen desigualdades porque no todas las autonomías tienen la misma población, los mismos dependientes, las mismas redes sociales ni los mismos déficits de financiación. Reconozco que hay que atender estos asuntos. La ley creó muchas expectativas, y con razón, pero se aprobó hace dos años y medio y la consolidación de un derecho como universal lleva tiempo. La transferencia del Estado ha sido de 2.800 millones de euros. En este tiempo hemos llegado a un gran número de personas. De los 600.000 que tienen reconocido el derecho, quizá 20.000 aún no reciben las ayudas, y con razón. Soy consciente de los retrasos y las trabas burocráticas. Pero hay que reconocer que se ha avanzado mucho con la puesta en marcha de la ley. Voy a hacer un esfuerzo especial para agilizar. Pero el que no reciban ayudas ligadas a la ley no significa que no tengan ninguna ayuda. Hay un dato importante. Tradicionalmente han sido las mujeres las que cuidan a los dependientes. Ahora se le ha dado la posibilidad de recibir una prestación y ser dadas de alta en la Seguridad Social. Ahora mismo hay 66.000. Son pasos que se van dando.

 

–¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que todos los afectados reciban ayudas?

 

–La ley prevé que el desarrollo estuviera cumplimentado en 2015, pero nos hemos adelantado (vamos un 37 por ciento adelantados en 2009). Teniendo en cuenta el esfuerzo del Estado, avanzaremos más rápido de lo que prevé la ley.

 

–¿Habrá más ayudas a las familias esta Legislatura?

 

–Se han dado muchas muy importantes: la ampliación del permiso de maternidad, el de paternidad, el «cheque-bebé». Consolidar estas ayudas es un objetivo en sí mismo.

 

–Los incumplimientos de la ley antitabaco aumentan y las autonomías no hacen inspecciones. ¿Tomará cartas en el asunto?

 

–Hemos conseguido que deje de fumar un millón de personas y ya hay espacios públicos donde no se fuma. Pero podemos ser más estrictos en la aplicación de la ley. En cuanto se resuelvan los recursos de las comunidades que no se ajustan a la ley vamos a exigir el cumplimiento estricto y que las comunidades se tomen en serio la salud de los ciudadanos. Habrá también estímulos, como las ayudas para la prevención y el tratamiento del tabaquismo. Y las imágenes en las cajetillas las estamos estudiando. A medida que pasa el tiempo, el ciudadano necesita un impacto mayor.

 

–¿Se plantea el copago de medicamentos para financiar el gasto farmacéutico?

 

–No. Somos conscientes de que el gasto farmacéutico es elevado. Pero no vamos a hacer a los ciudadanos, en época de crisis, llevar esa carga.

 

–¿Reformará la Ley del Medicamento para que los enfermeros puedan recetar fármacos?

 

–Sí, se reformará para dar respuesta a una reclamación antigua y también porque así solucionaremos situaciones reales. La enfermería es un sector muy profesionalizado y, con las debidas garantías, pueden ejercer perfectamente esa función.

 

–¿Qué hará para solucionar el déficit de médicos?

 

–Estamos hablando con universidades para aumentar las plazas. Luego está la fidelización de los profesionales y la homologación de títulos extranjeros.